Capítulo 33 - Deja que te vea bien

1.2K 90 6
                                    


Música para acompañar el capítulo:

ZAYN - PILLOWTALK

Labrinth - Beneath Your Beautiful


Capítulo 33 - Deja que te vea bien 

Intuición. Sentí el calor de un alma bondadosa y confiada, pero dudaba en confiar en él. Se aseguró de mantener sus límites, sin saber qué ocurrirá cuando los cruce. Miré esos ojos amables y afectuosos y no pude culparlos. Ni siquiera por un momento. Y entonces me di cuenta de que no era más que un hombre apasionado que luchaba por lo que quería. Mucho más que yo.

Lo seguía mirando mientras me besaba de forma tierna y cariñosa, suavemente, como si nos estuviéramos redescubriendo, como si fuera nuestro primer encuentro y todo empezara de cero. También me miraba a los ojos. Extrañamente no queríamos cerrarlos y perdernos de vista.

Los ojos —sobre todo los ojos— siempre lo delatan. El lenguaje corporal siempre lo delata. El afecto, la generosidad, la sonrisa siempre lo delatan. Una vez tuvo miedo de sus emociones, pero ya no me siento asustada. Me siento protegida. Él cedió a lo suyo sin egoísmo. Su amor brilló y expulsó la oscuridad que antes había en su pecho. Puros rayos dorados de luz. Benevolencia. Expulsando el mal, las impurezas, el escepticismo y la tristeza.

Entonces se separó de mis labios lentamente, pero sin apartarse mucho. Me regaló una sonrisa y esa sonrisa suya atrapaba mis ojos, y mi corazón palpitaba durante un fugaz segundo, deseando saber, queriendo oír las palabras de afecto del hombre que tanto anhelé.

—Francesca, no quiero vivir sin ti. No puedo. Ni sé.

Comencé a sonreír de oreja a oreja y seguí mirándolo embobada por sus declaraciones, sabiendo que he ganado, estaba allí, había vuelto a mí, por mí. Pensé en él con cariño, echándolo de menos, deseando que volviera a verme. En mis más profundo deseé que lo que estaba pasando pudiera ocurrir, aunque lo apartaba de mi mente siempre que me pasaba por la cabeza. Era ridículo, una fantasía de adolescente. La adolescente que no era, pero que vibraba ahora junto a él, como tal. Ni en mis sueños más locos habría podido imaginar que esto se haría realidad y que él volvería libre a mis brazos. Y que el dolor que sentía hasta hace un minuto era ahora parte de otra mujer. Y eso me entristecía, que mi alegría dependiera de la tristeza de otra mujer. Otra mujer como yo.

—Estoy atado de pies y manos, pero no a una persona, sino que al amor que siento por ti, Francesca —Toby apoyaba su frente en la mía.

—No quiero que tomes una decisión tan seria si es por mí. No quiero hacer sufrir a nadie más de lo que ya hemos sufrido.

—¿Me quieres? Hazlo por mí.

Francesca suspiró profundamente.

—Mucho Toby, más de lo que imaginé que podía querer a alguien.

—Quiero que sepas una cosa Francesca, mis decisiones fueron mías. Susan y yo hemos intentado hacer todo lo posible para arreglar las cosas a lo largo de los años, pero simplemente, nosotros no éramos el uno para el otro. Pero no se puede tener todo. Estaba decidido a terminar con la boda y decirle la verdad y fue lo que hice. Había llegado el momento de tomar esa decisión y quise hacerlo, no solo por ti, sino que por mí y por Susan que se lo merecía.

—Pero no quiero que hagas nada por mí, que dejes nada por mí. No quiero que eches tu vida o la de Susan a perder por nuestra cosa...

—¿Nuestra cosa? Tú me has oído —se apartó y me cogió los brazos con delicadeza—, Francesca, estoy enamorado de ti, profunda y locamente enamorado.

Regálame un bichito |ROMANCE JUVENIL| TERMINADA & COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora