Izuku Midoriya, Príncipe del Reino de Deoya, es un adorable niño que disfruta su vida queriendo explorar. En su pequeña huida se había perdido en un frondoso bosque donde su miedo crecía crecía más mínimo crujir de alguna rama de un árbol.
Había qu...
Izuku bajó la espada volviendo a guardarla, se acercó al mayor preocupado.
— ¡Aah! ¡Katsuki lo lamento! — en su bolso buscó algún pañuelo que sirva para limpiarlo —
— ¿Que hacías solo en esta zona del Bosque, Izuku? — preguntó seriamente —
— Me... Asusté — Su expresión cambio a una un poco triste mientras iba limpiando con cuidado la sangre —
Katsuki quedó en silencio, no se quejó de que lo tenga de cerca al contrario, pudo contemplar mejor las facciones del pecoso.
El peli-verde, al acabar de sanar un poco la pequeña herida que causó, retrocedió dos pasos con la cabeza gacha.
— Lo lamento... — sonaba arrepentido por haberle hecho daño —
Cuándo el oji-rubí iba a responder, ambos escucharon varios gruñidos y unas siluetas se asomaron por un gran arbusto.
Izuku se asustó que retrocedió dos pasos, Katsuki desenfundó su cuchillo y se acercó a aquel gran arbusto. En ello se asomaron cuatro dragones, el pecosoahogó un grito de susto.
Bakugo lo miró de reojo de forma seria, sabía que el pecosoaún no está acostumbrado a los Dragones aún.
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— Deténgase, lo están asustando. — habló seriamente a aquellos cuatro dragones — Vuelvan a su antigua apariencia, es una orden.
El oji-esmeralda estaba confundido, más sus palabras no podían salir por el miedo de ver Dragones, apenas y se iba acostumbrando a uno.
Una ligera humareda se hizo presente y se ello salieron tres chicos, de los cuales a uno ya lo conoce, y una chica bastante diferente.
— Perdona que lo hayamos asustado — se disculpó un chico se cabellos negros — Me llamo Sero, un gusto
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