Izuku Midoriya, Príncipe del Reino de Deoya, es un adorable niño que disfruta su vida queriendo explorar. En su pequeña huida se había perdido en un frondoso bosque donde su miedo crecía crecía más mínimo crujir de alguna rama de un árbol.
Había qu...
Katsuki estaba montado en el lomo de su Dragón, volando por los cielos viendo a lo lejos el Castillo de Deoya, la jaula de Izuku.
Se había enterado que infantes de aquel pueblo se adentraba a este bosque y hallaban la Aldea Draki, donde los niños mitad dragones jugaban con aquellos humanos.
Supo que por másquerelaten historias aterradoras de su raza, ellos no los veía como amenaza... Sino como amigos.
También, supo que la Reina es la causante de que nadie sea libre de ser como quieren, no les da la esa libertad de explorar, hablar de magia y demás. Eso lo enfurecía... Él quería dar la libertad a su Aldea pero no podía por temer a perdernos a todos.
Ya perdió a sus padres, no cometería tal error en perder a su gente, a su familia...
Planeaba acabar con la Reina de Deoya, para que todos tengan libertad en hacerse amigos y no vivir bajo temor de otro.
En pleno vuelo se fijó que en una montaña, en el borde se hallaba Izuku mirándolo con una pequeña sonrisa, fue hacia halló hasta quedar en frente y bajar un poco. Decidió darle un beso...
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El pecoso al sentir los labios del cenizo con los suyos, se puso de puntillas para corresponderle bien.
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Después de un largo beso, se separaron viéndose a los ojos con dulzura y amor, el pecosotenía sus mejillas ligeramente rojizas.
