Memento Vitae

Capítulo 3: Presentaciones de Trabajo

Julio 2033 – Día Actual – Tadao

- ¿Tu nombre? – escuché con firmeza, levanté un poco los ojos rápidamente para ver quien había hecho la pregunta, era el chico de enfrente mío, me estaba viendo, así que la pregunta, por ende, era para mí.

Sería una falta de educación no contestarle, supongo... fue ahí cuando contesté presentándome – Tadao, Yamagawa Tadao.

No sé porque esta persona estaba preguntando específicamente por mi nombre, tal vez era el único que no estaba demostrando alteración, aunque, siendo sincero, el pánico estaba en cada parte de mi cuerpo, no puedo evitarlo, sin embargo, no tengo la fuerza necesaria para actuar, de verdad creí que esa inyección y ese dolor me llevarían con mis padres, así que se podría decir que me encontraba... algo decepcionado.

Levante la cabeza lentamente, ciertamente me encontraba bajo el foco de atención, no solo por el muchacho de enfrente, si no por todos los demás, cinco miradas directo hacia mí, yo solo conteste una pregunta que se me hizo, nada fuera de lo común, pero supongo que debo seguir un poco el hilo de la conversación que se inició hace unos momentos.

- Y ¿Cuál es tu nombre? – solté la pregunta, esto no significaba que tuviera ánimos de iniciar una conversación, creo fue más la formalidad del ambiente, no sabíamos quienes eran los demás, entendible que la mayoría nos sintiéramos desubicados, a la defensiva probablemente, como la chica que seguía mirándome, aunque pareciera que fuera con mucho odio.

- Me llamo Sebastián Torres... soy de México, supongo que ninguno aquí viene del mismo país, ni cerca seguramente – contestó con una voz formal, profunda en cierto sentido, excelente para demostrar seguridad y demandar atención, estaba mirándonos a todos, como si nos estuviera inspeccionando, con una actitud sobresaliente, el peinado le daba puntos a esto último, parecía un militar más si añadíamos los ojos oscuros, se miraba más alto que yo, de un tono de piel ligeramente más claro al mío, fornido, pero sin extremos, solo demostraba un cuerpo relajado y algo entrenado,

Comencé a ver a los demás, gente diferente, cada uno expresaba un enigma más a este asunto, aunque no lo pareciera, también tengo dudas con respecto a toda la situación, más por ese último suero suministrado, deduzco que, si yo llegué de esa forma, todos aquí llegaron igual.

¿habrá alguien que se esté preguntando donde estoy? Tal vez mis compañeros de trabajo, posiblemente mi jefe en cargo, estarán llamando todo el día por una respuesta que no será atendida. O tal vez ni siquiera ellos estén preocupados, nunca formamos lazos fuertes, asistíamos a las reuniones con el superior cuando celebrábamos algo, todos tomaban, fumaban y reían, excepto yo, pero siempre estuve presente, aunque no me sabía relacionar bien con los demás, tampoco es que quisiera hacerlo, supongo que las personas nunca fueron mi especialidad y me sentía cómodo no interactuando. No creo que me recuerden...

- Soy Ruby, Ruby Mcleod – soltó de la nada la chica de cabello dorado y un poco ondulado, su piel combinaba con su cabello, sus ojos igual de sinceros y claros como el cielo, ella se encontraba cerca de Sebastián. Tiene una voz dulce, melodiosa y reconfortante, excelente para las relaciones humanas – diría que es un placer conocerlos a todos, pero dadas las circunstancias creo... creo no sería lo más indicado, pero ignorando eso, yo vengo de Nueva Zelanda – terminó de comentar esperando la respuesta de alguien más, pero nadie respondía.

- Yo resido en la prefectura de Kioto, en Japón – agache la cabeza inmediatamente, no es de mi agrado que alguien se quede esperando una respuesta, pero tampoco me gusta tener la atención de la gente.

- Je, voy por el nombre de Ceren y de apellido Yilmaz, fui raptada por esos imbéciles idénticos en mi lugar natal de Bursa, en Turquía si es que no lo sabían – soltó la mujer que estaba cerca de mí estoica, su cabello era bastante largo y liso como la seda, este representaba una cosa y su actitud otra totalmente distinta, tal vez porque estaba enojada, pero desbordaba seguridad de un cuerpo entrenado, tenía una voz peculiar, gruesa, burlona, enojada y poderosa al mismo tiempo, me recuerda a los matones de la escuela secundaria, confirmado, no me acercare mucho a ella.