Memento Vitae

Capítulo 5: Colores

Julio 2033 - Tarde - Sebastián

Y aquí estamos de nuevo, siendo cordialmente reprimidos por nuestros guardias personales para ser llevados a nuestras habitaciones, digo, si hubiera seguido mi pasión por la producción musical no me hubiera molestado tener alguno que otro guardia, pero tener a dos matones que me arrastren dentro de estas instalaciones blanquecinas no es la fantasía artista que tenía en mente.

Vi como todos luchábamos e intentábamos soltarnos de las indestructibles bestias de carne humana mientras nos sacaban del comedor, era desalentador no les mentiré, pero la poca charla que tuvimos me hizo darme cuenta que podían estar de mi lado, o tal vez era muy precipitado de mi parte pensar eso, no debería depositar mi confianza en la gente tan fácilmente, lo sé, pero es algo que ya está en mí. Pero de algo podíamos estar seguros yo y mi presentimiento, y era que podíamos apoyarnos en nuestra, no tan buena, estadía como conejillos de indias, y en lo que nos esperaba en esa "zona de entrenamiento".

Gracias a que intenté, como todos, resistirme, uno de ellos me cargó en su hombro, vaya si esto hubiera pasado en mi casa, se hubieran reído a carcajadas de presenciar algo así, era como el príncipe secuestrado por los ogros. Ni golpes en la espalda, ni rodillazos y patadas en el abdomen le hacían cosquillas a este titán humano.

Mientras me sacaban de la habitación y la puerta comenzaba a cerrarse tuve el último vistazo de los demás, más específico de Tadao, ya que su puerta está justo en dirección a la mía, se veía aterrorizado, pero a la vez con ojos en llamas mientras luchaba contra el agarre de sus dos cuidadores.

- Cuídate Tadao, cuídense todos por favor – murmuré antes de que viera como las puertas se cerraban por completo. Me bajaron en señal de paz, pero colocaron sus brazos sobre mis hombros, era como si me pusieran dos grandes bolsas llenas de azúcar en cada extremo, suponía que en lenguaje guardaespaldas significaba algo como "no hagas más escandalo muchacho" o eso creo. La sección de pasillos es algo lineal, son pasillos del mismo material que las habitaciones, ninguna ventana, y cámaras en cada esquina.

Empezaron a caminar llevándome voluntario-obligatoriamente a mi cuarto, a la derecha, a la izquierda, y un pasillo final recto hasta llegar a mi nueva recamara, parecía niño recién regañado y castigado por su papá. Enseñaron las credenciales y se abrió la puerta, pude ver rápidamente algo de información en sus gafetes, "VO-032", puedo jurar eso decía en el guardia de la derecha, y gracias a que concentré mis ojos en ese punto no pude ver el de la izquierda, pero suponía se trataba de un código, conclusión, no tenían nombre, posiblemente entre ellos sepan sus números, supongo deben comunicarse entre ellos o entre la voz de alguna manera, que, en efecto, seguía siendo un misterio.

Me lanzaron al cuarto y casi tropiezo, pero mis hábiles reflejos de águila pudieron tomar el ritmo y no caer ridículamente al suelo o la cama, voltee a verlos y solo se dieron una media vuelta y la puerta se cerró, posiblemente no se moverían de lugar hasta que yo estuviera, como dijo la voz, en ropas deportivas para el dichoso entrenamiento. Debo decir que la comida me dio la energía suficiente para estar aún más preocupado de la situación, había pasado no mucho tiempo desde que desperté, y seguía con la cabeza llena de angustia, preguntas y estrés, y ahora quieren que me cambie como obediente criatura para hacer pruebas de supervivencia, claro, el mejor escenario de la existencia.

Me acerqué a la cama donde estaba la ropa deportiva y también una toalla de baño, las prendas consistían en ropa interior, calcetines y una playera de tela deportiva, todos estos blancos, como si esto fuera una sorpresa, y también unos pants blancos con dos franjas horizontales en la pierna derecha y por arriba de la rodilla y de color púrpura... ¿púrpura? Fue cuando comencé a recordar los últimos eventos antes de ser traído a esta cárcel con mucho presupuesto, pero dónde había visto ese color, y porqué me estaba haciendo mucho ruido en mi mente, piensa Sebastián, piensa.