Juguetes

1.6K 61 0
                                    

Un nuevo día y más entrenamiento para Zeruel, el pequeño se encontraba atado en aquella mesa de la habitación roja, desde que despertó lo dejaron ahí ni siquiera había desayunado.

La puerta fue abierta por ella entro el señor y Raúl, el último no lo veía a la cara, Zeruel sonrió al verlos y se movió.

Señor: Creo que le pondré una cola, se verá más tierno y parecerá más animal

Raul asintió, el señor llegó hasta el frente de Zeruel y acaricio su cabeza, luego se posicionó detrás y le planto una nalgada en cada pompa.

Señor: Al final te daré un regalo pequeño, sólo si te portas bien

El señor tomo un tubo transparente tan parecido como un popote pero tan grueso como un tubo de PVC y metió uno de los extremos en el ano de Zeruel el cual brinco en su lugar.

El otro extremo lo conecto a la manguera de la máquina y la encendió, Zeruel empezó a sentir su interior ser llenado, se asustó y empezó a moverse pero el señor lo detuvo tomando su cabeza entre sus manos.

Señor: Calma, pronto terminará

Y así fue, después de un rato la máquina se apagó, el señor retiro la manguera y lo sustituyo por un plug con forma de cola de perro.

Señor: Listo

El vientre de Zeruel estaba abultado, y él se sentía muy pesado, el señor tocó el vientre notando lo duro que estaba, sonrió satisfecho.

Señor: Que se quede una hora así Raúl, si tira tan siquiera un poco de líquido le pegas, después de la hora debe sacar el líquido pero a través de su pene ¿Entendido?

Raul: Sí

Señor: Si lo logra entonces le das los juguetes

El señor salió del cuarto y Raúl fue a desatar a Zeruel, lo cargo y lo puso en el suelo.

Raul: Vamos

Raul salió seguido de Zeruel, pero éste iba unos pasos atrás, se sentía incómodo y sentía como en su panza se movía algo al igual que hacía ruidos, la pesadez no se hizo esperar.

Pasada la hora Raúl llevo a Zeruel al pasto para que hiciera del baño, el pequeño le costó mucho trabajo ya que no tenía ganas de hacer del baño pero al final y después de un buen rato logro sacarlo todo.

Terminando con un fuerte dolor de estómago, Raúl le dió medicina y luego lo llevo a su cama, la cual estaba en la sala de televisión, Zeruel al ver su cama corrió a ella.

Entonces Raúl tomo los peluches que había comprado el señor y se los dió a Zeruel poniéndolos frente a él, uno tenía una forma de dragón, otro de micrófono y el último de un zapato, eran peluches.

Zeruel tomo entre su boca el micrófono el cual hizo un sonido chillón al apretarlo entre sus dientes, fascinado se quedó con el apretándolo y jugando.

Lo aventaba y salía corriendo detrás de él, Raúl sonrió al ver cómo se divertía, pronto comenzó a jugar con todos, y Raúl se le unió por un rato.

Sin Rostro, Sin Nombre, Sin Derechos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora