Premio

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Señor: Mira Raúl, entra, ven

Entro a la habitación, donde el señor lo llamaba, mirando a su alrededor, al llegar frente a él, que estaba en el sillón sentando con un pequeño Zeruel de 4 años a sus pies.

Señor: Te enseñaré lo que aprendió la mascota, toma asiento

Raúl un poco dudoso tomo asiento frente a él viendo cómo Zeruel lo miraba, aquel niño que revelaba inocencia por doquier.

Señor: Mira, sentado

El señor hizo una seña con su dedo y Zeruel como todo un perro se sentó, poniendo su trasero en el frío piso y sus manos frente a él.

Señor: Muy bien, ahora muévete

Otra señal más y Zeruel movió su trasero como un perro y saco su lengua moviéndola de igual manera.

Sonrió complacido el señor y saco de la pequeña caja que tenía en la mesa de al lado un galleta en forma de hueso y la arrojó al piso, Zeruel corrió y la tomo con la boca para después comerla como un perro.

Señor: ¿No es adorable Raúl?

Raúl: Lo es

Señor: Tú turno

El señor le entrego una galleta a Raúl, este impactado y confundido la tomo, no le gustaba ver así a ese pequeño niño pero sabía que tenía que obedecer.

Raúl: Zeruel

El pequeño al oír su nombre gateo hasta Raúl y lo miré sonriendo, a Raúl se le estrujó el corazón, sabía que él no lograba comprenderlos, sabía que el entrenamiento estaba funcionando y muy bien.

Raúl: Sentado

Repitió la señal que hizo el señor y Zeruel se sentó de la misma manera que la anterior vez hizo.

Señor: Ahora que se mueva, vamos

El señor se veía fascinado, Raúl retiró la mirada del señor y volteo a ver a Zeruel que lo miraba esperando otra orden

Raúl: Muévete

Y como el señor hizo otra señal y se movió, Raúl sin verlo le aventó la galleta un poco más lejos de lo que esperaba, entonces Zeruel fue corriendo tras ella.

Señor: Vamos muy bien, ha sido duro pero estaba valiendo la pena, será la mascota perfecta

Sin Rostro, Sin Nombre, Sin Derechos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora