capítulo XV - Desesperación

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Los deseos carnales son la vía más próxima a perder la locura.

No entendía el por qué sentía tanta atracción por alguien que acababa de conocer pero sus besos eran adictivos.

Esos suaves y carnosos labios rozando los míos lentamente mientras suspiraba en mis labios, su lengua jugueteando con la mía, solo deseaba hacer esto todo el día. Podía besar esos labios por horas sin cansarme. Cuando no estaba cerca para besarme solo cerraba mis ojos y podía sentir sus labios recorrer los míos.

Era dueño de mis pensamientos, dueño de mi cuerpo y dueño de mi alma.

Sofía Hernández

Black estaba tan sorprendido pero yo lo estaba aún más. ¿Cómo se enteró ella? -¿Jones te secuestró y te golpeó? -Me preguntó con una mirada que me heló la sangre. Jamás lo había visto tan frío. - No, solo sé que Peterson me salvó.

No me agradaba la idea de mentirle pero no podía enviarlo a un matadero.

-¿Y cómo sabes tu que él la secuestro? -Cuestionó Jack mirándola fijamente pero Cindy muestra desinterés. —Es que me pareció lógico pensarlo ya que tu padre está desaparecido y como surgieron las cosas.

—Martínez me mantendrá al tanto de todo. Sin embargo, necesito que vayas a la mansión, allá estarás mejor. —Replicó Black luciendo calmado pero no podía ocultarme que le molestó lo del secuestro, seguro averiguará algo. — Bien... ¿Ahora qué? ¿Vendrás con nosotros o prefieres quedarte sola?— La voz de black era desafiante, estaba seguro de que no me quedaría sola. Además quedarme sola y que vuelva a aparecer Jones sería demasiado, su historial clínico era de terror. Trastorno de personalidad, esquizofrenia entre otras cosas que puedo recordar. Quedarme sola no era una opción, además Eli estaba en la mansión Black.

Oh por Dios! Me olvidé totalmente de ella.

—Esta bien, con la condición de que me termines de contar todo y encontremos a mi padre.— Deal! Let's go!— contesto Cindy quien fue la primera en salir, nosotros después pero Héctor me tomó del brazo. —¿Qué hac...? — Sentí sus labios estampando se contra los míos, me hizo temblar como nunca, no esperaba un beso de él pero Dios, que rico besa. Salimos de allí y llegamos a la mansión. Eli me saluda con un fuerte abrazo aún afectada por la desaparición de papá. Black no vino con nosotros, dijo que debía reunirse con el detective Martínez, quería ir pero me preocupaba Eli. Cindy salió desde que llegamos y Jack se quedó con nosotras. Yo estaba frustrada, enojada, no sabía que hacer y fue cuando  recordé el arma que me dió Jack. Fui a la habitación que se me había asignado mientras Jack y Eli hablaban muy unidos.

No tenía tiempo para pensar en eso.

Agarré mi teléfono y marqué a un número.

Peterson.

—Vaya, me sorprende tu llamada.— Contestó so riendo. —Necesito una dirección.

—¿Cual?
—Jones.— Hubo un gran silencio por unos largos segundo seguido de soltar una bocanada de aire.— Está bien, pero no irás sola. Te enviaré la dirección pero espera hasta mañana.— Mi teléfono vibró al recibir una notificación y luego nos despedimos.

Esperar a mañana, si como no.

Mi teléfono vuelve a sonar y es el esposo de Jen.

—James, hi!

—Soffy, It's Jen, She's still, I can't...— He started crying. That actually broke my heart. I almost forget about Jen.

Shit! ¡No se qué fue lo que hice para merecer esto!

Entre ColmillosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora