dónde Robin es increíblemente torpe como para pensar en si mismo y en sus sentimientos.
o dónde Kid Flash es increíblemente torpe como para poder ser amigo de Robin.
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Ahí estaba el, teniendo la mejor partida de ping-pong de toda su vida en solitario, su día habría seguido un ritmo normal y tranquilo, de no se porque un pequeño chico con botas verdes apareció de la nada.
—¡Hola, Kid Flash!—Le saludó de forma amable, con una vos pomposa—¿Quieres unirte a mi equipo?—Dejó su partida y lo miró extrañado—¡Traeremos paz a Jump City mientras-!.
—Aguarda.
Con esa simple y corta palabra, desapareció, volviendo al instante al lado del Chico Maravilla.
—Tuve que detener un robo de un banco en Canadá—Le informó, en un tono despreocupado, como si se lo estuviera presumiendo.
Pero el Chico Maravilla le sonrió encantado.
—¡Vaya! Nunca había visto a alguien correr tan rápido como tú, Kid Flash! Tienes que unirte, mañana son las audiciones—Le dijo, mientras le mostraba un folleto de propaganda sobre los jóvenes titanes.
—Ah, las audiciones no son lo mío—Le contestó con desagrado.
Estaba siendo grosero, pero al Chico Maravilla no parecía importarle en lo más mínimo.
—¡Oh no, amigo mío! Es solo una formalidad, te garantizo que entrarás, deberás!—Exclamó emocionado el Chico Maravilla agitando el folleto.
—Ugh, de acuerdo—Sin más, tomó el folleto y se dispuso a irse.
El Chico Maravilla lo siguió mirando alegre, a la vez que tomaba su propio camino a buscar más reclutas.
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—¿Hoy podríamos hacer un patrullaje en solitario todos?—Preguntó Robin a la mañana siguiente mientras untaba un bollo con queso crema, mirando por encima del hombro a su equipo.
Starfire le estaba ayudando a hacer el desayuno (omelette con cachitos de jamón y un jugo de naranja). Chico Bestia estaba comiendo un tazón de cereal de frutas en la mesa sentado junto a Cyborg. Raven apenas venía entrando al comedor leyendo un libro. El icónico Sedita estaba en una esquina comiendo su comida en su platito.
