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Donde JJ descubre que la hermana melliza del estúpido Topper Thornton no es sólo una cara bonita, y que no es tan creída y tonta como él creía.
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Donde Rafe Cameron se da cuenta de que que a pesar de esa coraza fría y sin sentimie...
Importante: leed la nota de autora al final del capítulo, thank you.
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En cuanto desperté ese día, fui directa a la ducha y cuando terminé me vestí. Mi madre subió a mi habitación para recordarme que debía quedarme en casa, que Topper estaría pendiente, pues se quedaría en casa hasta que ella volviese del trabajo.
Yo puse los ojos en blanco y simplemente no le respondí para fingir que seguía absorta en mi móvil, así que mi madre cerró la puerta y finalmente me dejó tranquila.
Para cuando vi a través de la ventana que se marchaba en el coche, abrí ésta y miré hacia abajo. Mi habitación estaba en el segundo piso así que debía tener cuidado si quería bajar por ahí.
Al menos tenía la fachada de la entrada justo debajo, sólo tenía que ser cuidadosa y no hacer ruido para que Topper no me viese o escuchase nada raro.
Suspiré y me subí al borde de la ventana. Miré abajo y enseguida noté un cosquilleo en el estómago por el terror que le tenía a hacer lo que iba a hacer. Pero entonces me santigüé... y salté.
Caí de culo sobre la fachada y no pude parar la caída, así que, gritando, acabé cayendo desde la fachada hasta el césped que había debajo —gracias a los dioses que caí en el césped y no en el asfalto— de rodillas. Noté que me rasguñaba la piel y tuve que cerrar los ojos mientras mordía mi labio intentando no gritar como una posesa.
—De puta madre —susurré con dolor.
Rápidamente miré mi móvil para asegurarme de que no estaba estropeado, y de nuevo di gracias a que éste estuviera en buen estado.
Me levanté con dificultad y agarré la bicicleta. Por suerte Topper no había escuchado nada, porque no salió de casa en ningún momento para ver qué había pasado. Así que me monté en la bici y de nuevo me encaminé hacia la casa de John B.
Cuando llegué, no había nadie en el porche de la entrada y tampoco en el interior de la casa. Así que caminé hacia la salida trasera y allí fue cuando vi que había dos figuras en el muelle: JJ y Kiara. Rápidamente corrí hasta allí hasta que me di cuenta de que John B estaba tumbado a sus pies. Estaban hablando.
Llegué hasta ellos, y escuché a Kiara decir:
—¿Estás seguro de que se ha llevado todo?
—Todo el oro. No ha dejado nada —asintió John B.
—¿Qué ha pasado? —Pregunté preocupada.
Los tres se giraron para mirarme sobresaltados, pero al ver que era yo relajaron su expresión.
—Ward se ha llevado el oro de la casa de Crain —respondió JJ mirándome.
