𝟒 | 𝐋𝐨𝐬 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐥𝐨𝐜𝐨

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Omnisciente. Bajo el templo principal del clan Zen'in 

ADVERTENCIA: EN ESTE CAPITULO HABRÁ MENCIONES De ABUSO SEXUAL.

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El último nombre

La conexión se rompió y ya no tenía ningún contacto con las almas de sus pasados, pero ni siquiera le importo, ahora su mirada se ve opaca como el vidrio sucio y sin brillo. Cansado y afligido, demasiado destrozado para llorar por algo que no sabía, no fue mas que un terrible engaño que termino por hacerlo caer en el abismo de oscuridad, porque sin sus amigos, no tenía nada y sin la marca, sentía como si le hubieran arrebatado el alma. 

Se vio reflejado en las brillantes baldosas a sus pies, ¿a donde se había ido en realidad? 

Respiro, solo para recordar que seguía vivo y no conocía la razón del porque, no sabía porque todavía no lo habían matado. Aun si no tenía los brazos inmovilizados y solo atados, no lograría escapar, no sabría a donde ir, creía firmemente que ya no tenía un lugar para llamar "hogar" afuera de ese lugar. El ser humano no esta hecho para ser solitario, vive en una sociedad donde depende de los demás para avanzar.

El sonido de la puerta no lo hizo encogerse, ni moverse de manera errática, seria en vano hacerlo, así que se quedo tranquilo, mirando a sus pies. 

- ¿Ya no tienes nada que decir? - pregunto la insolente voz que aun permanecía molestándolo de alguna manera - Estuve esperando mucho tiempo solo para verte así. ¿Sabes? A pesar de que Kisaki, Sasaki y yo fuéramos familia, nuestros rituales eran distintos. Sasaki era el único que podía usar la manipulación de energía y las ilusiones al mismo tiempo. Él tenía un gran futuro -

Caín estaba afligido al escucharlo hablar, no dudaba del cariño que debieron sentir por el hechicero que mato, pero ya no había vuelta atrás y nunca podría remendar lo que hizo. 

- ¿Te sientes bien cuando piensas en que mataste a uno de los nuestros? A puesto a que tratas de excusarte en el hecho de que era tu vida o la de él, pero no piensas en que puedes escapar de muchas cosas sin herir a nadie - Caín alzo ligeramente la mirada solo para verlo sin interés -, sin embargo, en lugar de solo incapacitarlo, seguramente elegiste destruirlo hasta que ni siquiera pudiera moverse ¿o cómo dijiste? ¿"se desangro como el maldito cerdo para el matadero que usaron como peón"? - sintió el liquido metálico cubriendo el paladar de su boca, si lo dijo. 

Se acerco cuidadosamente, lo miro y después de Caín sintió como la mano del chico se posaba repentinamente en la cara interna de su muslo. Abrió su ojo sano sin comprender y a diferencia de sus anteriores reacciones, se agito violentamente en la silla. 

- No me toques - gruñó mientras su sangre hervía con la intensidad necesaria para quemar sus venas. 

Keitaro trazo con sus dedos pequeñas líneas sobre la tela de los pantalones que se apretaban perfectamente a las piernas de Caín. Lo vio retorcerse incomodo y pegarse contra el respaldo de la silla, le recordó a la forma en la cual un animal se apega a los barrotes de la celda para escapar de un tigre hambriento. Percibió el odio y pánico acrecentándose en su mirada, la forma en la cual su mandíbula se tensaba. 
Su pecho subió y bajo de manera rápida mientras observaba a Keitaro con una mirada fulminante.

𝐄𝐍𝐎𝐂 | ᴊᴜᴊᴜᴛsᴜ ᴋᴀɪsᴇɴ ² ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora