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Caín se encontraba en la enfermería escolar, necesitaba una revisión cada cuatro días. Sostenía la mano pálida con delicadeza y acariciaba el dorso de esta cuidadosamente, sobre sus nudillos, sus dedos y hasta la muñeca.
- Estoy aquí - le dijo -, cuando quieras, Neki, siempre te gustaron las entradas dramáticas, ¿no es así? - bromeo.
Se sintió vacío, como si perdiera todo a cada segundo que acercaba a la penumbra de la noche, como si siguiera cayendo cada vez mas profundo en el abismo por el que paseo desde los quince años.
Hubo un momento en el cual pudo percibir a alguien posándose cerca de la puerta de la enfermería. Mirando hacía atrás encontró a Itadori, de pie con una ligera y característica sonrisa en la cara.
- Hola - lo saludo caminando hasta la camilla, observando como Caín sujetaba la mano de su hermano.
- Lamento haberte golpeado en la cara - dijo evadiendo el saludo. No quería ser grosero, aunque se dio cuenta de que sonaba así.
- ¿Golpear? - hizo memoria hasta que recordó a lo que se refería.
- Te di con el codo varias veces en la cara, lo siento - desvío la mirada para detenerla en su hermano. Admiro su piel pálida y su apariencia descuidada, las uñas largas en sus manos, así como las ojeras de hace años desapareciendo de sus ojos. Itadori también miro a Kaneki, si el pudiera despertar tal vez las cosas mejorarían un poco para Caín.
- Esta bien, me recupere enseguida - le afirmo queriendo no preocuparlo -. Quiero preguntar... - se quedo cayado un momento hasta que Caín asintió con la cabeza dándole la oportunidad de hacerlo - ¿Por qué Akira esta maldito? - pregunto refiriéndose al muchacho tendido en la camilla.
- No recuerdo mucho, ¿sabes? Pero se que...en el clan todos querían que sus hijos fueran los descendientes de Caín y Abel, porque todos tenemos sangre sagrada así que no se puede determinar donde nacerán. Entonces cuando descubrieron que mi mamá estaba embarazada, algunos quisieron maldecirla porque sintieron envidia y la maldición le reboto a Kaneki cuando nació - explico.
- ¿Pero cómo sabían que era ella? - pregunto Itadori.
- Los Akira solo podemos tener hijos una vez, así que...ya la mayoría los había tenido para ese momento - simplifico al final -. A no ser que Kaneki tenga hijos, probablemente el clan se extinga y eso no llegara a pasar probablemente -
Itadori noto su estado y decidió evadir ese tema.
- ¿No tendrás hijos? - pregunto el pelirosa de repente causando que el muchacho sonriera un poco.
- No me gustaría condenarlos a pasar por lo mismo - contesto - así que creo que adoptaría - soltó la mano de Kaneki, dejándola a un lado de su cuerpo.