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Un evento como aquel no es cosa de olvidarse en una semana. Aun recuerda cuando ayudaron a los demás heridos, a los hechiceros que se pusieron de su parte después de que a Ougi ni siquiera le importara haberlos matado y otros por el poder que aquella nueva facción sabían que tendría. Recuerda como recogieron el cuerpo de Mai y del director Yagamichi después de la batalla y volvieron al colegio de Tokyo, volvieron a cada, donde los despidieron de manera digna y honraron poniendo sus retratos en la mismísima pared de los logros.
Caminando sin energías, pero triunfantes, ellos tenían la victoria. Caín se mantuvo de pie, solo, frente a los hechiceros sobrevivientes que lo vieron arrastrar el cuerpo de Ougi Zen'in y lo deja caer por las escaleras del templo.
Su parche se había perdido, pero mantenía su ojo cerrado y el otro, había recuperado su tono azul oscuro de tiempo antes.
- Nosotros hemos ganado - declaro pasando saliva y manteniendo el puño en alto -. A diferencia de ustedes, nosotros no seguimos a quien tememos, todos los hechiceros a mi lado...están aquí porque me respetan. En este lugar ya no les queda nada por lo cual luchar como antes -
Las caras de los hechiceros eran indescriptibles y lo juzgaban con la mirada, tratando de descifrar las miles de capas que lo protegen.
- No tomamos prisioneros. No se que les contaron antes, pero viéndolos ahora, probablemente piensen que mi intención es matarlos, ¿no? - el chico se sentó en los escalones, con los brazos apoyados en las rodillas -. La mayoría de ustedes tienen mi edad, así que lo diré sin rodeos; hace siete años, Ougi y Naobito Zen'in atacaron al clan Akira, a mi clan, solo por nuestra herencia y ningún alto mando hizo nada - vio los rostros de aquellos tan jóvenes como él suavizándose -. La justicia no siempre es justa, aun si no los matamos, ustedes no tendrán futuro y puedo asegurar que los altos mandos no van a ayudarlos, ellos tienen mucho miedo para actuar, quizás solo los repudien por siempre. Los Zen'in pasaran a extinguirse si no son dirigidos por alguien de confianza y probablemente serán expulsados del Jujutsu, así que les ofrezco algo - se puso de pie -; aquellos que no quieran ver a su familia ser castigada por la manipulación de estos ancianos, es bienvenido al colegio -
Sus palabras tomaron por sorpresa a todos los presentes, incluso a Naoya que se notaba confuso por la situación.
De una manera u otra, ellos eran su mejor opción.
- Aquellos que quieran unirse, vengan - los jóvenes estaban confusos, pero fue el paso de uno de ellos lo que comenzó a guiar a los demás hacía aquel bando que con solo unas palabras y un poco de poder, los convenció. Incluso los hechiceros que le habían atacado antes, se quedaron con él, pues fue su barrera la que también los cubrió y fue su sangre la que los curo. En un momento decisivo, Caín alcanzo a ver a Keitaro cargando de Kisaki, acercarse también y para sorpresa de Maki, Fushiguro y Caín, divisaron a Naoya Zen'in deteniéndose frente a ellos, antes de sonreírle al moreno e integrarse en los otros grupos, y su sola acción provoco que aquellos que le eran fieles le siguieran - y para aquellos que siguen dudando, son libres de irse de aquí, pero les diré algo, una vez que comiencen a correr, solo habrá pocos retornos para volver - se dirigió a sus compañeros -. Ayuden a los heridos y dispongan de sus muertos, la pelea termino -
