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El que se robe mis historia...
Sabes que siempre puedes contar con Illya para lo que sea, meterte en problemas o salir de ellos, evitar o ser la causante de un desastre, Illya siempre se une por su simple amor al caos. No es que fueses alguien problemática, pero los problemas parecen seguirte, quizás por esto siempre está tan pegada a ti, es una madre gallina en muchas ocasiones, cubriéndote la espalda y espantando gente indeseada, desde que la conoces es así.
Será a la primera que llamarás y la primera que llegará si hay algún inconveniente.
— Entonces... Parece que no llegaré temprano hoy... — Desde que ambas estaban viviendo juntas Illya te había inculcado el hábito de llamarla en cualquier cambio de planes, si salías a casa o si ibas a salir a otro lado después del trabajo, no era algo unilateral, ella misma lo hacía también.
— ¿Una cita? ¿Quién es? — Era natural que fuese curiosa, Illya no sabía que estuvieras hablando con alguien.
— No lo conoces, es un compañero del trabajo, y no es una cita, simplemente me invitó a beber un rato. —
— Mmh... Al menos dame el nombre, quiero hacer trabajo de investigación. — Con trabajo de investigación Illya se refería a revisar de arriba abajo el perfil del chico "Como medida de precaución" algo que haría muy seguido aparentemente por mera curiosidad, muchas veces encontrando cosas interesantes que compartir contigo —¿A qué bar irán? Si te llamo y esta ebria te iré a buscar. — Illya hablaba muy desinteresadamente, pero sabes que está cuidando de ti a su manera, le das toda la información que consideras importante y te despides de ella.
— Nos vemos más tarde. — Cuelgas el teléfono y miras a tu acompañante que acaba de llegar — ¿Nos vamos? — te devuelve la mirada con una sonrisa, ignorante de que este hombre lleva mucho tiempo planeando lo que haría después.
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Quien no parece perder tiempo en casa es la pelinegra, que se encuentra deteniendo un taxi fuera del departamento — Lléveme a este lugar por favor. — El conductor reconoce el bar y se dirige allí.
Illya siempre se mantendría cerca de ti, cuando alguien no le gustaba y especialmente cuando tenía ese dolor en las entrañas. Illya ya conocía a este hombre, tanto como él la conocía a ella ¿Cómo no reconocer al hombre que siempre está mirando a su amiga cuando sale del trabajo? Esos ojos que ha visto muchas veces y de los que ha tenido que cuidarte desde que te conoció. Algunos habían sido lo suficientemente inteligentes como para hacer caso de las amenazas de Illya, otros con tratos más... bruscos...
