Blood Ocean | ¡Yandere! x Reader | One Shot's

【¡Yandere! ¡Comandante nazi! x ¡Espia! Reader】

Para: lalocadelahistoria

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【S P Y】

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Notabas sus ojos taladrarte el alma, aquella mirada llena de maldad y sadismo te daba ganas de vomitar, querías pisarle la cara, pero mantuviste tu fachada, estabas en terreno peligroso, un paso en falso, una mala mirada, un gesto erróneo y serías reducida a un montón de carne y huesos sin forma.

Estabas en la boca del lobo, nunca mejor dicho.

La suerte te jugó en contra, notando su interés intentaste evadirlo, pegándote como a un chicle a tu jefe.

Bien, no funcionó.

Por desgracias de la vida quedaste sola con él, dado que a tu jefe le dió flojera recoger su regreso de la mesa, sin tener como pedirle a alguien que no te dejarán sola simplemente obedecíste la orden y empezaste a recoger los papeles, notando que aquel rubio se había quedado en la habitación con toda la intención de meterse contigo.

— No has hecho un buen trabajo evitando mi atención ion querida, todo lo contrario. — Lo miraste, con el picor recorriendo tus costillas, obviamente lo notaría, te observaba cada segundo, desde que entrabas, hasta que salías — ¿Porque no te llevo a tomar algo? Quizás de esa manera quiera... Calentarte un poco más a mi alrededor. — La sonrisa sobre su rostro te daba escalofríos, obviamente tenías información de ese hombre, de él y todos y cada uno de los que entraban casi a diario a aquella sala.

— Agradezco la oferta, pero me temo que debo rechazarlo, con su permiso, me retiro. — Caminaste hacia la puerta.

— No te he dado el permiso para irte. — Aquel hombre estaba en un rango mucho mayor a tu posición, pero usarías la orden dictada por tu jefe, se lo harías saber.

— Con todo el respeto, las órdenes de mi jefe fueron reunirme con él lo antes posible, me retiro. — Antes de dejarlo hablar más saliste por la puerta, casi tirándola en el proceso, no habías notado lo nerviosa que te había puesto, poco profesional de tu parte considerando tu rol en aquel lugar, debías mantener la compostura, para librar al mundo de aquella plaga.

Pero las cosas no llegaron hasta allí, oh no.

Por supuesto que no.

Aquel hombre era persistente, demasiado, demasiado persistente, intentaba buscarte fuera de las reuniones exitosamente y no ocultaba que te estaba siguiendo, que constantemente preguntaba donde estabas, se lo comentaste a tu jefe, pero menos que nada, incentivo la acción.

— ¿Y porque no aprovechas? No cualquier capta su atención. — Bien ¿Pudiste haber esperado otra cosa? Por supuesto que no, pero la presencia de este hombre constantemente sobre tu sombra entorpecía mucho tu trabajo original, hablo con sus verdaderos jefes acerca de la piedra en el camino.

— Sigue evadiendolo, a él le gusta jugar con las mujeres, no es usual, pero nunca se ha quedado con una, esperemos que se canse de ti pronto, ahora más que antes debes ser cautelosa, contáctanos solo cuando sea estrictamente necesario. —

— Por supuesto. — Entendías que no había mucho que hacer, hechar para atrás un trabajo que llevo tanto tiempo no era factible, seguiste instrucciones, aunque aquello parecía interminable.