Blood Ocean | ¡Yandere! x Reader | One Shot's

【¡Yandere! ¡Prisionero! x ¡Guardia! Reader】

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【D A N G E R】

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Estar rodeada constantemente de criminales no era exactamente un trabajo ideal, pero aprendiste a lidiar con ello, tu extraña personalidad ayudaba en ello, nos es que fueras descuidada al respecto, eras condenadamente consciente de lo que te podrían hacer, sentías miedos, como cualquier otro ser humano, pero sabias que demostrarlo no ayudaría en nada, por lo que elegiste tratarlos como lo hacías con todos, dejaste que tu personalidad saliera, después de todo, era preferible a hacer como muchos que los trataban mal, no querías hacerte su amiga, solo que no te odiaran.

Además, no estuvieras allí si no tuvieras también la fuerza física para ello, también habiendo pasado un entrenamiento previo.

Pero había un preso en particular que te ponía de los nervios y era precisamente ese al que veías mas a menudo.

Allan Graham

Ese tipo te ponía de los nervios, era un sicario, por lo que tenías entendido, no ocultaba lo que pensaba, dejaba las palabras salir de su boca, y tu no podías evitar contestarle, muy a tu manera, pero no podías decir que te odiaba.

— ¡Buenos días~! — No podías evitar que los nervios se revolvieran dentro de ti cada vez que te dirigías a él.

— ... — Guardo silencio mientras te miraba de reojo.

— Se nota que me extrañaste, anda, ven que te tienes que bañar. — Suspiro y se acerco a ti extendiendo sus manos para colocar las esposas, ambos caminaron por lo pasillos, ignoraste los silbidos que acostumbrabas a recibir de los presos, devolviéndoles los piropos con sierra gracia, les seguías el juego, de nada servía poner mala cara o molestarte por ello, con el tiempo te acostumbraste a este tipo de situaciones, tanto dentro como fuera de la prisión.

— ¿Acaso no vas a acompañarme...? — Pregunto de una manera un poco sádica, sonreírste un poco mirándolo.

— Si no fueras un convicto me encantaría, pe~ro, no me quiero morir y hay mucha gente. — Ampliaste la sonrisa y soltaste las esposas, te diste vuelta y a Allan lo metieron dentro de los baños, afuera te encuentras con Lance, un compañero tuyo — ¿Quieres ir a comer? Apenas pude meterme tres bocados antes de correr para venir. —

— Quiero la mitad de lo que sea que trajiste. —

Pasando al momento en el cual nuestro recluso ya se hallaba dentro de su celda, pensaba en como se llevaba con su guardia a cargo, había tenido unos cuantos, ello no era la primera, pero definitivamente era con la que había tenido una relación tan extraña, sus conversaciones se basaban en el amenazándote de muerte, recibiendo solo respuestas ¿picaras? ¿podría decirle así? Mas bien atrevidas, como si hablar con un viejo amigo con el que te llevas pesado, siempre encontrabas la manera de transforma la conversación en una serie de bromas a base de humor negro, una de sus primeras conversaciones llega a su mente.