Blood Ocean | ¡Yandere! x Reader | One Shot's

【¡Yandere! ¡Nøkken! X Reader】

Para: MaFerMaFe

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【 T H A T  M A N】

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El nokken es una misteriosa criatura acuática, residiendo en aguas llanas, lagos y aguas profundas. En la tradición Noruega se le describe como un monstruo oscuro cuyos ojos sobresalen del agua, observando a las personas que caminan por ahí.

En la tradición sueca, es un hombre joven y atractivo, engañando a mujeres para que salten dentro del agua y entonces ahogarlas.

Es un cambia formas, puede transformarse a un caballo blanco, dejando que los niños se suban a su espalda y luego saltando con ellos hacia el agua. También es un músico talentoso, toca el violín para que los pobladores puedan escucharlo durante la noche.

Hay maneras de protegerse de él, puedes lanzar una pieza de metal en el agua, como una aguja o una cruz de hierro. Si ya ha atacado, puedes sobreponerte diciendo su nombre "Nyk! Nyk! Naal i vatn. Jomfru Maria kastet styaal i vatn! Du sæk, æk flyt!" Eran unas palabras de protección, cuyo significado se traduciría "¡Nyk! ¡Nyk! Aguja en el agua. La virgen María arrojó una aguja en el agua, tu te hundes ¡Yo floto!"

Lo traduje como pude, el rezo está raro, si en ingles se escuchaba extraño en español mas.

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— No te adentres mucho, no sabes lo que hay dentro, si miras a alguien extraño, te vienes. — Las instrucciones siempre fueron las mismas, claras y precisas, no tolerarían que llegaras después del tiempo que te dan.

Podrías decir que tus padres son controladores, pero hay un motivo detrás de esto y lo conocer bien.

El toque de queda es solo de noche, de día podrías salir a lavar sin ningún problema al rio cercano, acompañada de alguna vecina o amiga, sin embargo, de día trabajabas en una tienda, por lo que no era posible esto a menos que fuese fin de semana.

La compañía no era algo que pudieses tener a esas horas, tus padres, una mujer con problemas en las articulaciones y tu padre, un hombre que llegaba en la madrugada del trabajo, por lo que solo quedabas tú para hacer dicha labor.

— Tienes hasta las nueve ¿Tienes el reloj de tu papá? — Asentí sacando con la mano libre el pequeño reloj del bolsillo del vestido — Bueno, está bien, llévate esto para que no te de frio. — Me puso una manta sobre los hombros, una que ella llevaba puesta antes, me dio un beso en la frente y salí de casa, la manta ayudó a mantenerme cálida, por mis pies pasaba el aire frio, solo tenía dos horas para lavar, lo cual no era realmente mucho, aunque no tenía una montaña de ropa porque lo hacía de forma bastante regular, finalmente después de pasar por varias piedras llegué al rio, sacando las cosas para terminar mi última tarea del día.

Las horas pasaron y la luna era la única que me dejaba ver, porque no había ningún faro, sin embargo, esta iluminaba tan claro que podía ver el otro lado del rio, la espalda me dolía por mantener esa posición tan incómoda y aun me faltaban algunos pocos, así que decidí que no tenía por qué sentirme tan adolorida y me puse de pie, dispuesta a mantenerme de pie hasta que el dolor pasara rápido, me dediqué a jugar con el agua, la cual nunca dejé subiera de mis pantorrillas, chapotee y brinque, mojando un poco más el ya húmedo vestido, la ropa debajo permitía que no se transparentara, a lo lejos escuché música quizás de algunas personas cerca, no era nada raro, era jueves, pero ya se podía ver a la gente ir de fiesta.