Capítulo 15

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Gael

1 año y medio atrás...

Hoy es el gran día.

Por fin he reunido valentía suficiente para pedirle a Daphne que sea mi novia.

Estoy frente a su puerta con los nervios a flor de piel. Ella no tiene idea de nada o al menos eso espero sino habré hecho todo por nada.

¿Me estoy apresurando?

Se conocen desde los 7 años y se tardaron demasiado en admitir sus sentimientos, no lo creo.

Pero, ¿Y si dice que no?

No lo va a hacer.

Pero...

¡Por dios ya cállate! Si pudiera salir de tu cabeza, créeme que no dudaría en hacerlo, no te soporto.

¿Y si ella luego me quiere dejar al igual que tú?

¡Ya cállate niño, deja de ser tan inseguro! Ella va a decir que si, ya verás.

Tienes razón.

Siempre la tengo.

Espero algún día ser tan seguro como tú.

Yo soy tu, somos uno. Todo mejorará, lo prometo.

Mi dedo llega al timbre y tan rápido como acaba la melodía, la puerta se abre. Daphne aparece en mi capo de visión.

Luce un vestido azul que llega hasta sus rodillas, es un tanto ajustado en su torso y varias capas de tela hacen que la parte baja del vestido luzca esponjada; una capa transparente más fina, con estrellas azules brillantes dispersas, parece cubrir desde su clavícula al resto del vestido, también cubre sus brazos de una manera en las mangas parecen estar llenas de aire; no llevaba ningún accesorio a excepción de sus aretes y el anillo que yo le obsequié reposa en su dedo anular. No tengo idea de si cada pieza que conforma su vestimenta tiene algún nombre o estilo en especial, pero luce preciosa, tanto que me he quedado admirándola un buen rato embobado.

-¿Y bien?- inquiere dando un pequeño giro en su lugar para permitirme admirar su vestido. O a ella. O ambas.

-Luces... Digo... Quiero decir te ves increíble- río nerviosamente y ella se me une.

-Tú también luces genial- alega.

Sonrío. Era lo mínimo que esperaba fue Luca quién me ayudo con mi atuendo, es sencillo, pero cool, y debo agradecérselo de otra manera luciría muy mal en comparación a ella. Generalmente siempre uso al menos una prenda negra, pero hoy era una ocasión especial así que opté por colocarme un pantalón beige, una camiseta blanca con algunos dibujos de colores y converse del mismo color. Luca decidió que era buena idea colocarme una cadena en el cuello y un par de anillos en mis dedos.

Le ofrezco mi mano, ella la toma y la guío hasta el asiento del copiloto del auto y luego de hacerla entrar me adentro en el lado del conductor y emprendo camino hacia la sorpresa.

El viaje se torna un tanto incómodo pues ninguno pronuncia palabra alguna, ambos estamos nerviosos como para ser capaces de decir algo. Enciendo la radio y coloco una emisora que reproduzca alguna canción que me guste.

-Puedes cambiarla, si es que quieres, quiero decir- expongo. Niega con la cabeza con una sonrisa dulce curvando sus labios.

Enfoco mi atención en la carretera y observo de reojo como ella se gira hacia la ventana observando los campos que vamos dejando atrás.

-¿A dónde vamos?- inquiere volviendo su mirada hacia mí.

-Ya lo verás, te gustará, lo prometo- no parece satisfecha con mi respuesta, pero aún así no insiste.

Conduzco durante unos minutos más donde el único ruido es el de la música y u leve ruido de mis anillos golpeando la palanca de marchas, hasta que llegamos.

Salimos del auto avanzando hacia una pequeña casa de campo, no entramos en ella sino la rodeamos en dirección hacia el patio exterior donde monté un pequeño cine de proyector. La miro a ella, expectante, su mirada viaja por todos lados con un brillo en aquellos marrones ojos que me fascinan. Observa las luces colgadas en entre algunos palos, las mantas sobre el césped donde reposa una pequeña canasta con aperitivos y el proyector que apunta hacia la sábana blanca donde se verá la película. Finalmente, su mirada vuelve a mí, me observa al borde de las lágrimas.

-¿Qué hice ahora? ¿Acaso hice algo mal?- pregunto acercándome hacia ella, tomo su cara en mis manos y limpio sus sonrojadas mejillas con mis dedos.

-No- dice riéndo aún con lágrimas- Todo es tan hermoso, gracias Gael- ahora sé que lloraba de alegría. Se aproxima a mí y reposa un casto beso en mis labios. Un beso tierno y lleno de emoción.

¡En verdad le ha gustado la sorpresa!

-¿De verdad te ha gustado?- cuestiono aún inseguro.

-¡¿Bromeas?! ¡Esto es lo más fascinante que alguien ha hecho por mi jamás!- exclama señalando el lugar- ¿Qué vamos a ver?

-Esa es otra sorpresa, laurier- alego orgulloso.

Le doy al play y Teen Beach Movie empieza a reproducirse, nos sentamos sobre las mantas mientras se cola por la bocina el sonido de la canción inicial. Ella al percibir aquel detalle voltea a verme cada vez más fascinada, yo solo me encojo de hombros como diciendo "sé que es tu película favorita".

Continuamos viéndola por un rato hasta que se aproxima una de sus escenas favoritas. Me pongo de pie y extiendo mi mano hacia ella para que haga lo mismo. No lo duda y la toma. Quedamos uno frente al otro, ella no entiende nada, pero yo lo hago. Empiezo a recitar los diálogos y ella continua su parte. Su canción favorita "mean to be" comienza y bailamos y cantamos juntos moviéndonos de un lado al otro por el jardín. La canción acaba entre risas y luego, tomo su mano.

Ella me mira cautelosa, con una sonrisa en sus labios y la luz de la luna reflejada en sus ojos. Mi corazón va a mil por segundo y en mi garganta se atoran mis palabras.

-Laurier, las palabras no me alcanzan para describir lo dichoso que me haces sentir- empiezo y noto como sus ojos empiezan a escocerse otra vez- Podría jurarte amor eterno, prometerte el cielo, la estrellas e incluso la misma luna que nos cobija esta noche, pero no lo haré- la confusión se refleja en su rostro, esperando que continúe- No puedo prometer ninguna de esas cosas, pues son imposibles de lograr, al menos para un simple mortal como yo. Sin embargo, puedo prometerte permanecer a tu lado tanto como me sea posible, tomar tu mano y gritarle a mundo lo feliz que me haces. Seré alguien afortunado si tan solo tú, me concedes la dicha de ser tu pareja.

Sus lágrimas comienzan a descender por segunda vez en la noche.

-Sí- dice mientras asiente demasiadas veces con la cabeza- Claro que sí- vuelve a confirmar su respuesta con voz temblorosa por la emoción. La acerco a mi pecho cubriéndola en un abrazo, mientras acaricio su cabello y aquel sutil aroma a mango llega hasta mí.

»Te quiero mucho, Gael.

-Yo también te quiero, mon amoure.

Permanecemos abrazados por demasiado tiempo, que olvidamos totalmente que la película que se seguía reproduciendo.

Pasamos la noche en la casa, pues está demasiado oscuro como para conducir de regreso.

Por la mañana, limpiamos el jardín y guardamoslas cosas en la cajuela del auto. Subimos en él dispuestos a regresar a casa.Paramos en un restaurante de carretera para desayunar. Y continuamos connuestro viaje de regreso. Ambos vamos felices y sonrientes, con la música de laradio a todo volumen y jugueteando. Hasta que el accidente ocurrió.

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Holaaa, ¿cómo están? Espero que bien.

En multimedia una idea de como se supone que es el vestido de Daphne. Aquí les contaré un secreto, no solo Gael es malo describiendo vestidos, yo también lo soy.

Por favor dejen su voto, que me ayudaría mucho.

No digo más, sigan deslizando que hoy hay doble actualización.

Un adiós no es un hasta prontoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora