Negando Al Destino ||Soukoku/Shin Soukoku||

7. Yo lo protegeré de ti

[Hace dos meses]

—¿Quién habla? —preguntó al responder aquella llamada que había llegado a su celular por parte de un número desconocido.

Tachihara bebió un poco de su café y frunció los labios al no escuchar una respuesta inmediata.

—¿Quién-?

—Hola, Tachihara —pronunció una voz que se le hizo bastante familiar, y que en realidad resultó imposible que no pudiera reconocerla al cabo de unos segundos —. Ha pasado tiempo ¿Qué ha sido de ti? ¿Todo bien en Yokohama?

Tuvo que dejar la taza a un lado con repentino nerviosismo plagando sus sentidos, ganándose una mirada curiosa por parte de su acompañante que esa tarde estaba de visita en su casa.

—¿Qué ocurre? —preguntó Chūya en voz baja para no interrumpir la llamada.

Tachihara se levantó del suelo, dejando a su amigo sentado en el tatami con un rostro de preocupación.

—Tachihara... —se calló inmediatamente al ver al mencionado colocar un dedo sobre sus labios.

—Es un primo escocés, espérame un segundo —indicó y le sonrió para apaciguar un poco las aguas pues su mentira había sido terrible —. Ya regreso.

Salió de su cuarto cerrando la puerta tras de sí. Luego tendría que crearle una excusa creíble a su amigo porque Chūya era demasiado perspicaz como para saber que algo andaba mal, y demasiado terco como para insistirle hasta que soltara la sopa.

—Me aburro~ me aburro~ —decía la persona al otro lado de la línea con voz cantarina. Tachihara se encerró en el baño y puso el pestillo —¿En tan mal momento llamé? ¿Con quién estabas? ¿Tu novia?

—Dazai —dijo finalmente una vez ya se había alejado lo suficiente. En serio no esperaba tener que pronunciar ese nombre nunca más —. Tú... Q-que ¿Por qué me estás llamando?

—¿Qué pasa? ¿No me extrañabas? ¿Ni un poco? No, más bien, yo debería estar molesto ahora porque has sido un ingrato y no me has llamado luego de taaaaanto tiempo —se quejó como si fuera un niño —¿Cuánto ha sido? ¿Dos años?

—Sí, pero eso no importa. Si me estás llamado ahora es porque quieres algo ¿No es así? —inquirió tratando de mantener la firmeza en su voz, pero por dentro estaba temblando.

—¡Que rápido eres, Tachihara! Me haces las cosas más sencillas —dijo con efusividad —. Bueno, tú sabes que me debes un favor, así que pienso cobrarlo ahora.

—¿Qué quieres?

—No es nada difícil en realidad, solo quiero que trabajes como guardaespaldas para alguien importante para mí. Pan comido —explicó y el pelirrojo alzó una ceja, intrigado.

—¿Quieres que vigile a alguien? ¿Por qué?

—No hay un motivo en particular —dijo con tranquilidad, pero en realidad sí que lo había —. Solo que tengo planeado volver a Yokohama dentro de poco, y si alguien se entera, probablemente quieran atacar a esa persona.

—Lo dices como si tuvieras muchos enemigos —hizo una pausa y reconsideró lo dicho —. No, en realidad tengo curiosidad ¿Cuántos enemigos tienes?