𝖫𝖠𝖲 𝖵𝖤𝖦𝖠𝖲 «𝖭𝖺𝗆𝗃𝗂𝗇» Ⓒ︎𝗁𝗂𝗌𝗍𝗈𝗋𝗂09✔

🗾࿐「 𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖮2 」

«𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗇𝗎́𝗆𝖾𝗋𝗈 𝖽𝗈𝗌» [𝖮2]

❝¿𝗠𝗮𝗳𝗶𝗼𝘀𝗼?❞...

La luz penetró en los ojos de Seok-Jin, quien sintió de inmediato un dolor de cabeza punzante debido al alcohol de la noche anterior. Se sentó pesadamente en la cómoda cama, con una mueca de malestar en el rostro. Se sentía como un bebé recién nacido, desorientado y vulnerable. Pero toda su tranquilidad se desvaneció cuando se dio cuenta de una verdad alarmante.

"¿Dónde demonios estaba?"

Parecía estar en un hotel lujoso, con un diseño minimalista y paredes blancas que le parecían abrasadoras a la vista. Frente a él, un mueble blanco y una pequeña televisión completaban el escenario. La habitación estaba impecable, excepto por el suelo manchado de vómito.

"¿Quién diablos era el hombre a su lado?"

Miró hacia el otro lado de la cama y observó una espalda tonificada y musculosa, con sábanas cubriendo desde la cintura hacia abajo. La piel bronceada del hombre parecía casi dorada a la luz de la habitación.

Seok-Jin se incorporó de un salto, tocándose la cabeza mientras se daba cuenta de otro detalle inquietante.

"¿Por qué demonios estaba desnudo?"

Su cuerpo estaba completamente expuesto, revelando sus curvas, cintura y abdomen. Tomó su ropa rápidamente, que estaba tirada en una esquina de la habitación, con las manos temblando de nerviosismo, tratando de recordar qué había ocurrido. Se encerró en el baño, apoyándose con dificultad en el lavamanos mientras intentaba procesar todo lo sucedido.

Había terminado en la cama con un completo desconocido, en un lugar desconocido, y no tenía ni idea de dónde estaba Jimin. Esta había sido, sin duda, la peor fiesta de su vida. Y eso que era la número 10 en su lista. Aunque definitivamente encabezaba la lista de las peores.

Se observó en el espejo: ojeras, cabello despeinado, labios secos y ojos hinchados. Se puso los zapatos con rapidez y se vistió apresuradamente, sintiéndose como un indigente. Salió sigilosamente del baño y se acercó cautelosamente a la esquina de la gran cama, agachándose para observar más de cerca el rostro del hombre con el que había pasado la noche.