Stranger -Loki

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Una noche antes de dormir, Pietro y Nov se quedaron hablando.

—Pietro, ¿te das cuenta de que aquí nací? Ya empezamos a dar la vuelta.

—Debe ser raro conocer a tu padre cuando nunca supiste nada de él.

—Se me hace raro tener un padre que no sea Tony.

—¿Y si nos quedamos? —Novis se levantó de la cama y lo miró interrogante.

—¿Estás demente? No pertenecemos aquí.

—Pero mira, tenemos una casa, Chris está más feliz, extraño a mi hermana, pero aquí eso no parece tan relevante.

Novis lo pensó, realmente toda la semana que estuvieron ahí todo fue perfecto, incluso en las noticias no se decía nada malo. Era un mundo claramente atrayente pero no había pasado por tanto malestar para dejar a Pietro ahí.

—No seas idiota, tenemos mucho que perder si nos quedamos.

—¿No quieres que nos quedemos juntos?

—Pietro de qué hablas, sabes que estoy con Loki.

—Podemos tener algo mejor que eso —sujetó sus manos acercándola.

Novis no podía estar más confundida pero un destello amarillo se notó en sus ojos. Novis tocó su cabeza y absorbió lo que sea que fuera eso. Pietro cayó al suelo de un golpe.

—¿Qué demonios?

—Pietro, ¿saliste de este lugar?

—No...

—Algo malo está pasando, la energía se parece a la de las gemas —dijo mirando su palma de la cual salía una especie de humo amarillo.

—No sé, pero me duele la cabeza.

—Tenemos que irnos.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Si no saliste de aquí, la única persona que pudo utilizar una gema en ti es... —Novis tomando una mochila con cosas fue interrumpida por el sonido de la puerta.

—¿Ya se van? —preguntó Chris.

—Te agradecemos mucho tu hospitalidad, Chris, pero tenemos que seguir. Me siento con fuerzas y aún nos falta bastante.

—No tienen por qué irse, pueden quedarse más.

—Nos encantaría, pero a Pietro le afectan un poco más los cambios —mintió mientras se ponía la mochila, pero Chris cerró la puerta.

—No se irán.

—No creo que entiendas, tenemos que irnos.

—Por fin te recuperé, no dejaré que te vayas de nuevo.

Novis le lanzó un hechizo, pero lo esquivó y tomó su brazo con fuerza.

—Chris, no me obligues a hacerlo.

—Naciste aquí, Irina. Así te íbamos a llamar. Eres una Bowen, eres mi hija. No dejaré que te vayas.

Pietro se acercó, pero Chris tocó su cabeza y cayó dormido. Novis con una de sus piernas botó a su padre y comenzaron a pelear. Cada hechizo que la castaña lanzaba era esquivado hasta que entre golpes vio un destello amarillo en su bolsillo.

—Tienes otra gema.

—Tu madre me enseñó a usarla. Todo este planeta puede depender de mí.

—Sabía que algo estaba mal contigo.

—Tu novio es el dios del engaño, eres fácil de engañar.

—Te equivocas, ese hombre me enseñó sus mejores trucos —la persona que Chris apresaba desapareció y Novis salió detrás de él golpeándolo con una sartén. Tomó la gema y la colgó en su cuello junto a las otras antes de despertar a Pietro.