Comprendo que hablar en público pueda dar miedo, vergüenza y demás adjetivos que se puedan añadir, pero seamos realistas, siempre estamos hablando en público. Cuando estás con tus amigos, hablas en público; cuando publicas un tweet, estás hablando indirectamente en público... Aún así, hay numerosos consejos que dar para no temer hablar delante de mucha gente y es que en realidad, yo sólo voy a decir lo que pienso.
Llevo desde pequeña hablando en público, actuando en las Letras Gallegas para un auditorio entero. Tengo incluso bailado, cosa que dárseme mal no, lo siguiente. Después de todo ello; de estar desde los cinco años o antes, delante de un grupo muy amplio de personas, el miedo no existe. Pero no me he dado cuenta de ello hasta hace poco.
He tenido durante toda la secundaria, que hablar delante de toda la clase o de todo el curso, y por ello ahora me siento "como pez en el agua", pero debo admitir, que si no es hablando en gallego, siento inseguridad. Es como un chip que tengo activado en el cual todos los trabajos de hablar en alto, deben ser hablados en gallego. El caso es que yo hablo muchísimo más castellano que gallego, pero me siento más cómoda con éste último.
Mi experiencia este año ha cambiado definitivamente mi modo de ver esa actuación en público. He tenido que hablar delante de muchos más cursos, incluso he hecho que mi mejor amigo se sentase delante de todo para tener un pilar sólido en todo el público, para saber a quién dirigirme, pero al final ni siquiera me hizo falta. He tenido también que hablar delante de más profesores que los que acostumbramos, unos cuatro o cinco y todos especializados en las lenguas; es decir, podría tener todas las de perder, pero he salido con todas las de ganar. El hecho de hablar en público no es una barrera, no es un esfuerzo que afrontar, sino todo lo contrario, hablar en público es un logro, es un modo de decir "sé lo que digo", y en vez de dar vergüenza, proporciona todo lo contrario, seguridad. Esto lo digo yo; cuanto más hablas en público, menos te va a importar hacerlo.
Después de enfrentarme a esto, después de pasar por esa fase en que decir "me va a salir todo mal, la voy a liar", llené mis pulmones, me levanté de la silla con mis papeles y me dije a mí misma unas palabras que estuve preparando durante todo el camino en autobús: "Tú eres tú, sabes lo que hablas, estás a prueba de todo, lo que dices tú es la única verdad y ellos están errados. Vas a demostrar que esto es así porque tú has podido con cosas peores y vas a demostrarles a todos, pero sobre todo a ti, que puedes hacerlo sin vergüenza, con seriedad, neutralidad, que lo único que importa no es el jurado, sino lo que tú sabes que es verdad y que tu grupo también lo sabe." Y ahí fui yo. Pero es justamente eso, aunque tengas miles de nervios, tomas una bocanada de aire, te das un ánimo interno y a la aventura. Hay que hablar con seriedad, con contundencia y mentalizarse de que uno puede contra todo una vez ahí, porque la gente no está ahí para reírse o criticar, sino que está para sorprenderse con lo que dices; que tú lo sabes todo sobre ese tema y por eso estás ahí intentando demostrarlo. Hay que armarse de valor y decir "ahora o nunca". Porque yo, voy a decir la verdad, en cuanto me di cuenta que me tocaba hablar, empecé a desesperarme, pero esa bocanada aunque parezca una esitupidez, fue el impulso que necesitaba, además de otro impulso en mi subconsciente de que "todo el mundo me ha dicho que lo haré bien, así que allá vamos". Una vez allí delante, no existía el público, sólo los compañeros y el otro equipo, y de vez en cuando el jurado, pero porque había que dirigirse a él. Y en la siguiente me armé de esa sensación de "no lo he hecho tan mal" y continué demostrando que yo sabía de lo que hablaba, que yo era quien tenía razón porque tenía todo lo necesario. Ya no menciono el segundo debate, en ese ya estaba deseando hablar, pero eso ya es otra historia. Lo que quiero decir con todo esto es que el miedo es una sensación que se puede echar del cuerpo, le puedes exigir que se vaya porque así las cosas saldrán mejor y sobre todo, con una guía de lo que hablar, si sabes todo, es suficiente. No te vas a quedar en blanco porque con ese suspiro de aliento interno, te has mentalizado de que lo sabes todo y tú puedes con ello. A veces una bocanada de aire hace más que mil ánimos juntos y la seguridad interior, más aún. Y si esa seguridad no existiera, yo lo que hago es intentar sentirme superior al resto, de un modo u otro. A ver, no me refiero a ser egocéntrico ni mucho menos, pero a veces hay que caminar herguido y con una seguridad que no tienes, porque haciendo eso, aparecerá. Lo juro.Y mi Ana del pasado, debo admitir que tiene mucha razón. Solo debes demostrar y demostrarte cuánto vales. Otra táctica para mentalizarte es hablar frente al espejo, realmente ayuda.
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Y esta soy yo
Non-FictionPensamientos sobre una sociedad malditamente poderosa; aunque, mejor dicho, sobre todo en general. La vida. Mi vida. Mi propia perspectiva.