Hoy, ya con dieciocho años, aproximándome poco a poco a los diecinueve, siento que simplemente los problemas se han agrandado y adaptado a nuevas circunstancias; que esta vez sí que sí, he tomado las riendas de mi vida, aunque siga tendiendo al caos. Que nada cambia, y al mismo tiempo sí.
Después de tanta meditación, lloros y mucho sufrimiento, he tomado la decisión de apartar a mi padre de mi vida. Pensaréis que es algo duro, pero por mi bien emocional, es necesario. Creo que es el mayor bache con el que me he topado y no he logrado una solución lógica y sencilla.
Me siento cobarde por no poder decirle todo a la cara, pero después pienso en todo aquello que me ocultó, vistiéndolo de necesario y paternalista, y se me pasa. Porque la clave para cualquier relación, sea amistosa, familiar o amorosa, es la comunicación, y aquí lleva fallando desde hace muchos años -si es que la hubo en algún momento.Os aseguro que ahora no me puedo encontrar mejor, hace mucho que no lloro por su culpa, que ni siquiera pienso en él y siento rabia.
No siento nada.
Solo siento una pizca de repulsión por el modo en que debo recurrir a tratarle porque él no lo mejora.
Poca gente sabe que me llamó cerca de fin de año y yo no respondí, pero estoy segura que no era para disculparse, sino seguro que para preguntar si iba a cenar a la casa de mis abuelos -diciéndoselo mi abuela. Ahora mismo no tengo contacto con nadie de esa parte de mi familia. Mi madre, en cambio, siempre me dice "esto es lo que se perdió tu padre"/ "Esto es lo que se pierden ellos", y eso sí me hace llorar porque sé que es su modo de mostrar orgullo, de demostrarme que lo estoy haciendo bien.
Esto es lo que yo quiero.
Además, decidí hacer una lista de razones de por qué no debería perdonarlo, por si en algún momento quiero cometer el error de dar un paso hacia la dirección incorrecta. No la pondré aquí porque es bastante extensa, pero añadiré algunos fragmentos interesantes a mi parecer:
“Vienes de profesor de la vida, que sabe sobre todo, y no sabes ni ser padre.”
“¿Qué te crees? ¿Que con una sonrisa y un billetito, quedas perdonado? Disculpa, yo no soy un político, a mí no me puedes comprar.”
“La palabra "niñata" como el mejor argumento ante todo. Esa gran capacidad argumentativa no te la robo.”
“¿Inmadura? Teniendo que aguantar toda tu mierda, sufriendo porque no te conformas con nada, créeme que esa palabra no es la que me describe. Quizás te describiría a ti, después de gilipollas.”
“Veo veo,
¿qué ves?
A un padre que no sabe ni cumplir un mínimo de su papel.¿Quién es? Voy a ser buena y te lo diré directamente, no como otros: TÚ.”
“Vas de víctima y resultas ser el maldito asesino. No te pega ese papel, déjalo; se te nota a kilómetros lo sobreactuado que lo haces.”
“Con esas clases de política y moral, espero que también aprendas tú y te apliques el cuento, ya te adelanto que conmigo no funciona, no me trago más mentiras o lecciones de alguien que no sabe ni cumplir su función.”
“Desengáñate, no pienso sufrir por tus estupideces, despistes y victimizaciones. Estoy HARTA de ser la mala de la película cuando soy yo la que sufre que un padre la ignore, le falte al respeto e intente comprarla cuando ni eso funciona. Por cierto, ese desprecio te lo guardas para tu otro hijo. A ver si te dan con una placa de metal en la cabeza y te devuelven el sentido común, me da que lo tienes atrofiado de tanta gilipollez en casa.
Para estar mal continuamente por tu culpa, mejor que no estés. Sufriré por otras cosas, pero ten claro que por ti, ni loca. Ni te lo mereces.”
Bueno, quizás se parece más a una carta dirigida a él, pero con un formato diferente. En cualquier caso, creo que ahí se deja entrever lo que ocurre.
Habrá a personas a las que les suene a poco, pero creedme que lo mal que lo he pasado por su culpa no ha sido eso, poco.
En mi vida quiero personas que me alegren, que me ayuden, no a quienes tienen como único objetivo hacerme sufrir y sentir como alguien incompetente. Ahora soy consciente de mis capacidades, de que yo puedo con aquello que me proponga, y que me da igual el resto. Que para estar bien sentimentalmente, necesito calma, cierta monotonía, estabilidad...
Que ya no busco el perdón o ser perdonada, solo me busco a mí y mi futuro; solo busco mi felicidad, y aquello que intente apartarme o frenarme en el trayecto hacia ella, debe ser apartado. Una cosa es una piedra, otra muy distinta un agujero que te lleve a ninguna parte más que al abismo de la tristeza y desesperación.Me merezco algo más que sufrir y si está en mis manos, así será.
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Y esta soy yo
Non-FictionPensamientos sobre una sociedad malditamente poderosa; aunque, mejor dicho, sobre todo en general. La vida. Mi vida. Mi propia perspectiva.