El gallego y su destino. ¿Lo salvamos?

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“A nosa fala é nosa, pospola a outra calquera é unha forma de suicidio.” 

Así es como consta en uno de los manifiestos vanguardistas más famosos en Galicia, redactado por Manuel Antonio y Álvaro Cebreiro; y por ahí me encantaría empezar. 

A nosa fala

Sí, dicen que cada uno tira para casa, y yo haré lo mismo en esta ocasión, tratando la situación lingüística en que se encuentra nuestro idioma; pero antes hay que remontarse históricamente al Imperio Romano. 
En la península se hablaba un latín vulgar, bastante influenciado por la situación demográfica y sus distintas vocalizaciones. Mediante estos cambios fonéticos, se fueron diferenciando dos vertientes: el gallego-portugués y el que será el castellano. Sí, contra lo que se decía anteriormente de que el gallego provenía del castellano, que era su hijo -o algo así-, era sólo un intento de justificación para maltratarlo. 

Para quien quiera negar la importancia del gallego como idioma, solo es cuestión de que eche la mirada cara atrás y se fije en todas esas cantigas de amor, amigo, escarnio y maldecir (qué mal suena esto en castellano), ¡ah! Y las de Santa María. Alfonso X el Sabio, a pesar de querer generalizar el uso del español en todo el territorio, era el primero en elegir el gallego como el idioma perfecto para trovar, ¡toma ya la incoherencia! Pero no solo era él o su Escuela de Traductores, sino también muchos más compositores de todos los lugares de la península, hasta alguno extranjero. Podría decirse que fue una etapa de esplendor total para el idioma; pero como afirmaba mi profesora de música, todo está basado en un péndulo, donde todo va bien y de pronto, todo va mal. Se termina esa época de esplendor y comienza una época de oscurantismo, denominados "séculos escuros". Fue tiempo de negarle al gallego el poder ser lengua de cultura y ciencia; aún así pervivía en el ámbito oral. Después de estos tres séculos, aparece Rosalía de Castro con su "ós que sin razón nin coñecemento algún nos desprezan, que a nosa terra é dina de alabanzas, e que a nosa lingua non é aquela que bastardean e champurran torpemente nas máis ilustradísimas provincias cunha risa de mofa", aunque quizás es más conocida por "Adiós ríos, adiós fontes". Lo importante en esta cuestión es que ella fue uno de los principales impulsos que necesitó el gallego, y no solo éste, sino también el feminismo. La vistieron como alguien débil, una "llorona", cuando ella era fuerte y demostró ante todos, que si quieres, puedes. 

Llegados a este punto, ya paso de volver al otro lado del péndulo donde el gallego vuelve a sufrir represión y donde, esta vez sí, solo se encuentra con un cada vez menor número de hablantes; contando únicamente con el apoyo de escritores exiliados, que comenzaron a contar la situación en que se encontraba Galicia, y terminaron demostrando depresión y desazón por aquello que no podían hacer: protegerla. 
Lo triste es ver que aquella lengua que tanto les costó volver a poner en uso a escritores como Rosalía de Castro, Manuel Curros Enríquez, Valentín Lamas Carvajal, Eduardo Pondal (autor del himno gallego), solo es agredida siendo considerada por algunos como un dialecto cuando es una lengua; reduce cada vez más el número de hablantes y ni siquiera el gobierno autonómico toma alguna medida por frenarlo, al contrario, afirman que va genial y ya; el mismo que habla siempre en gallego, pero ante la presencia de dos españolitos, se cambia de bando y lo dice todo en castellano. Es tu tierra, usa tu lengua; tú no debes verte forzado a hablar otra, pues es el otro quien debería venir, en tal caso, con formación previa sobre el mismo. 

Y sí, ahora mismo el gallego está que no para con tantas obras que publican, pero parece que acabará siendo solo una lengua escrita, destinada a ser olvidada, como muchas otras. 

No busco compasión, sino comprensión y concienciación. Una lengua es un patrimonio nacional increíble, y es triste ver a qué quedará pospuesta. 

Tengo claro que una lengua no separa, une. Que un patrimonio nacional no es impedimento de unión nacional, porque en la variedad está el gusto; pero busco que alguien comprenda que la misma situación que vive el gallego, la está viviendo Galicia, "Nazón de Breogán" para Pondal; porque el gallego fue reprimido, pero también lo fueron personas de aquí; juzgados por prejuicios que no nos representan, haciendo que nos conformemos con lo que hay "y punto". Sé que Galicia necesita más, sé que el gallego necesita más. Y que se lo merece. Se lo deben.

Me resulta bastante raro hablar sobre ello en castellano, hasta incluso lo interpretaría como un insulto; pero es lo que queda. Eu quédome coa miña lingua.

Y esta soy yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora