Kacchako Stories //Kacchako

i'm a sex symbol, i need a playboy pt.7

Ella se despierta antes que él.

Uno de sus brazos se cuelga alrededor de su cintura tirando de ella hacia él, lo que explica el agradable calor que la había tenido tan reacia a abrir los ojos. Su bíceps está debajo de su cabeza mientras su otro brazo la rodea para poner su mano sobre su hombro. Ella lo mira, sin saber si despertarlo o no, pero decidió no hacerlo cuando vio la expresión tranquila y pacífica en su rostro. Su ceño fruncido habitual se ha ido, reemplazado por el leve movimiento de sus labios mientras duerme. La luz de la mañana de su ventana pinta el rubio de su cabello platino con una luz brillante, destacándose maravillosamente sobre su piel.

Era fin de semana y ella estaba libre, afortunadamente Mina tenía los medios para no tener la oda mensual de beber en exceso durante la semana laboral como lo hizo hace dos meses, por lo que Ochako realmente no tuvo que levantarse pronto. Podía quedarse aquí donde era cálido y cómodo y podía mirar a un pacífico Katsuki al contenido de su corazón.

Pero parte de ella tampoco estaba segura de si quería estar aquí cuando él se despertara y lidiar con lo que seguramente sería una mañana incómoda antes de que él inevitablemente se fuera.

Si no.

Al diablo con eso.

Ella movió su brazo alrededor de su cintura, levantándose lentamente de su lugar en sus brazos. Instantáneamente sintió frío, recordando que había apagado la calefacción antes de dirigirse al club anoche. No se había dado cuenta de cuándo habían vuelto a caer porque Bakugou era como un calentador vivo que respiraba y nunca había estado tan lejos de su alcance anoche.

Destellos del libertinaje al que se habían levantado anoche pasaron por su mente mientras se enderezaba.

-Eres tan jodidamente perfecto.

Oh no.

Ella sacudió su cabeza.

Eso no serviría. No podía permitir que sus sentimientos la volvieran rara e incómoda con Katsuki por lo feliz que se había sentido al escuchar esas palabras de él. Qué bien se sentía abrazarla.

No.

No dejaría que el sexo arruinara lo que tenían.

A ella le gustaba Katsuki. A veces era grosero y bruto en otras, pero también era generoso, divertido y leal hasta el extremo. Ella valoraba cualquier amistad que tuviera con él y estaría condenada si dejaba que algo como el sexo alucinante la hiciera sentir incómoda cada vez que pensaba en enviarle un estúpido meme durante la pausa del almuerzo.

Ella vivió para eso.

Solo necesitaba aclarar su cabeza. Hágase un poco de sentido común.

Encuentra una camisa.

Pantalones también.

Tal vez prepararles el desayuno porque estaba hambrienta .

Y si tenía suerte, tal vez él también durmiera y ella pudiera meterse en la ducha.

Se movió para ponerse de pie, viendo la camiseta enrollada de Katsuki en la esquina cuando dos brazos la detuvieron.

-Um,- trató de liberarse sin éxito, -¿Bakugou?

-Katsuki.- Bostezó. -¿A dónde crees que vas?

Ella puso los ojos en blanco.

-A ponerme algo de ropa.

La empujó hacia atrás contra su pecho. -¿Por qué?

-¿Por qué la gente usa ropa?- Su mano derecha, la que mantenía su espalda contra su pecho, se posó en su pecho jugando con el rápido endurecimiento de su pezón mientras la izquierda serpenteaba hacia su coño. No perdió el tiempo en localizar su clítoris, casi dándole vueltas cuando el placer llegó rápido e inesperado. -Oh mierda . ¿Qué estás haciendo?