EL arte de tocar pt.6

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-Esos jodidos gilipollas, lo juro jodidamente - empezó a soltar, viendo como su rostro se hundía y sus hombros se encorvaban. -Mierda, mejillas, no tú. Son ellos con los que estoy enojado. No deberían haberte obligado a hacer eso cuando no estabas jodidamente lista- se burló de la idea.

-Pero lo soy-, dijo desafiante, haciendo un puchero en respuesta a él.

-Está bien, mejillas-, dijo, tratando de no decepcionarse. Realmente la deseaba, pero nunca podría tenerla así. Tendría que quererlo al cien por cien.

-¿Ahora que?- preguntó, y Katsuki miró alrededor de la habitación.

-Vamos a follar ... abrazarnos y ver una película-, dijo, señalando la televisión en la esquina, y

-No me gusta abrazar-, dijo y él la miró boquiabierto.

-¿Qué?

No lo admitiría, pero incluso a él le gustaba abrazar. Todos sus clientes habían querido en el pasado, y seguro que era una tarea ardua para ellos, pero con sus compañeros anteriores, él lo abrazaría y anhelaría tocarlos toda la noche. Que ella dijera que no le gustaba abrazarse como un crimen que él no podía nombrar.

-No me va bien tocándome-, confesó, la vergüenza tan evidente que él se sintió como un idiota por haber llegado tan lejos con ella. Debería haberla hecho sentir más cómoda.

Piense en ello como un ajuste a mí. El sentimiento de tu y yo el uno contra el otro. -¿Quieres eso?- el sugirió.

-S-sí-, dijo, con un rubor arrastrándose por sus mejillas.

-Pero primero,- hizo una pausa, mirándola, -quítate la ropa-, dijo, y ella se congeló. Parecía una estatua, completamente atónita ante su pedido. Joder, se sentía mal, pero de esta manera él podría ayudarla, ¿no?

-¿P-por qué?- tartamudeó, nerviosa por su pedido.

-Porque me estoy desnudando hasta quedar en bóxers y no quiero ser el único medio desnudo en esta habitación-, dijo, levantándose del borde de la cama y desabotonándose los jeans, empujándolos más allá de sus muslos y pateándolos. al lado de la habitación. Ochako lo miró fijamente, demasiado nervioso para mirarlo. No es que tuviera mucho que mostrar, su erección desapareció una vez que Ochako comenzó a tener su ataque de pánico. Era demasiado perturbador seguir sintiéndome excitado en tal situación.

-Pero yo - ella intentó, sus palabras aparentemente alojadas en su garganta.

-No vamos a seguir-, dijo claramente mientras se sentaba en la cama y se colocaba contra la cabecera, un espacio esperando a su lado por ella.

-Katsuki, yo -

-Vas a acostarte aquí y abrazarme, mejillas. Eso es todo. ¿Ahora qué quieres ver?- dijo, fingiendo que había perdido la paciencia, pero cuando Ochako lo miró, ella sonrió.

De pie, Ochako contuvo el aliento, desabotonándose la blusa y colocándola sobre la cama. Antes incluso de atreverse a tocar la cremallera de su falda, dobló su camisa y la colocó al lado de la cama. Entonces, pareció que se le ocurrió un pensamiento mientras alcanzaba sus jeans, doblándolos también antes de correr al baño a buscar su camisa. Una vez que también estuvo doblado, lo colocó encima de sus jeans y luego alcanzó la cremallera en el costado de su cadera. Katsuki mordió el interior de su mejilla mientras bajaba lentamente la cremallera y la dejaba caer por sus muslos hasta que estaba en el suelo. Mierda. Esa falda hacía que su trasero se viera delicioso, pero verla en ropa interior, incluso si era beige y no era exactamente lo que otros clientes usarían para follar, se veía tan jodidamente hermosa. Ella fue redondeada en los mejores lugares,

Katsuki contuvo su mano para que no se moviera hacia abajo y tocara su polla; estaba emocionado, pero se prometió a sí mismo ya ella que no darían un paso más. En cambio, dio unas palmaditas en la cama después de que ella terminó de doblar su falda y ella frunció los labios. Con una respiración constante, se sentó en el borde de la cama, a solo unos centímetros de él. Katsuki le respondió.

-Eso no cuenta y lo sabes. Ven aquí,- dijo, dándose una palmada en el pecho, y vio cómo sus ojos se movían rápidamente hacia su pecho. Con el golpe que golpeó en su pectoral, estaba seguro de que estaba temblando en un espectáculo tentador, especialmente con la forma en que ella miraba boquiabierta su tatuaje. Ochako visiblemente tragó saliva antes de avanzar poco a poco hacia él antes de descansar tentativamente contra él. Katsuki puso una mano en su espalda, tirando de ella la distancia final hacia él y su mano se extendió sobre su pecho.

-Respira hondo-, instruyó, -¿qué película quieres ver?

-John Wick-, dijo y Katsuki se burló, mirándola.

-Vete a la mierda-, se rió.

-¿Perdón?

-¿No puedes hablar en serio? ¿Esa película estadounidense?- aclaró.

-Me gusta la pelea en el tercero-, se encogió de hombros.

-Lo que sea-, dijo, soltando una carcajada cuando lo encontró a través del pago por visión de la televisión. La película comenzó y permitió que Ochako se alejara cuando lo necesitaba. Ella lo tocaba brevemente, antes de tener que limpiarse las manos con las sábanas y había una capa de sudor en los hombros. ¿Ella estaba caliente? ¿O simplemente nerviosa?

Él no la cuestionó, simplemente le permitió algo de espacio para respirar, pero siempre la tenía de espaldas a los pocos minutos de su partida. Siempre contenía la respiración, pero se relajaba después de un segundo, encontrando algo en lo que concentrarse, la película o algo sobre su cuerpo. Esta vez, fue su mano. Ochako lo alcanzó, sus dedos se deslizaron por el interior de su muñeca antes de que ella abriera su mano y las yemas de sus dedos rozaran su palma, inspeccionando algo.

-¿Que son estos?- dijo ella, sus uñas atrayendo su atención allí.

-Callos-, le dijo él, solo para que su barbilla sobresaliera sobre su pecho y sus ojos se enfocaran en su rostro.

-¿De qué?

-Espadas-.

-¿En realidad?-

-Kendo. El ejercicio más fácil para mí-, dijo y ella le devolvió la sonrisa, como si el hecho fuera muy atractivo para ella. Incluso mientras lo miraba, se dio cuenta de que estaba exhausta, solo tratando de mantenerse despierta por su bien.

-¿Estas bien?- preguntó y Katsuki se burló, bajando la mano y moviendo la barbilla para mirar la película de nuevo.

-Me gustaría decir que soy el mejor, pero es solo un pasatiempo. Soy mejor que todos los extras de mi gimnasio, pero ¿del mundo? Probablemente por encima del promedio,- dijo, con voz suave y baja, tratando de convencerla de que tuviera una calma en la que ambos pudieran vivir.

-Me gustaría ver eso-, dijo, suspirando y envolviendo su brazo alrededor de su pecho, un acto muy inconsciente.

-¿Justo ahora?- él susurró.

-Hm-, tarareó, y mientras su mano pasaba por su cabeza, los dedos se deslizaban por su cabello, descubrió que se había ido a dormir tan profundamente como una niña; perfecto y hermoso.

Él se complació en abrazarla.

Después de todo, era la última vez que la vería. 

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⏰ Última actualización: Dec 07, 2021 ⏰

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