Tanaka Akane, una joven de 16 años conocida por ser despistada pero a la vez una de las mentes más brillantes de su clase, pero una vida completamente desastrosa.
Baji Keisuke, un joven de 17 años que repitió de curso y era conocido por ser un "del...
La noche cayó en las calles de la ciudad acompañado del sonido de los grillos y la luz de la luna que entraba a través de las ventanas de las casas. El frío viento de la helada golpeó el rostro de la castaña, quién en estos momentos se encontraba en su habitación con un moño desordenado frente a un gran lienzo con solo la luna alumbrando la maravillosa obra de arte que estaba creando. Su mente no dejaba de reproducir la imagen que vio esa tarde de una pareja de ancianos bajo un árbol en el atardecer, haciendo que inevitablemente las ganas de pintarlos aparecieran.
Desde pequeña siempre había soñado con tener una vida como en las películas o los cuentos que solía leerle su padre, pero últimamente su vida estaba tan sobrecargada que dudaba constantemente la idea de que exista una relación amorosa en un futuro próximo. La idea de estar enamorada era algo que le aterraba pero a la vez la llena de emociones al pensar en quién sería la persona que se llevará sus suspiros y la haría distraerse de la realidad de este mundo...
Era un sueño para ella que solo podía plasmar en los interminables lienzos que pintaba cada noche.
Sus manos se movían con maestría y delicadeza mientras trazaban las líneas y mezclaba los colores, acomodó sus lentes sobre el puente de su nariz y le subió a la música que sonaba a través de sus audífonos a la vez que movía su pie al ritmo de la melodía.
soltó un suspiro haciendo notar su cansancio cuando su vista se fijó esta vez en el reloj de la pared, el cual le indicaba que eran las 3 Am y ella aún no había pegado un ojo en todo el día. Veía venir las ojeras que tendría en la mañana de escuela y que probablemente llegaría tarde nuevamente como cada día desde que entró.
Sus manos dejaron el pincel a un lado junto con el resto de las pinturas que estaban esparcidas en el suelo de habitación y agarró el teléfono para detener la música por unos segundos. Una sonrisa se asomo en su rostro al ver su fondo de pantalla donde se encontraba ella junto a su hermano menor comiendo un helado.
Recordaba perfectamente ese momento y también quién había sacado la fotografía.
¿hace cuanto no tenían momentos así?
Había perdido la cuenta de cuantas promesas vacías le había dicho a su hermano menor con tal de verlo sonreír en vez de que soltara lágrimas al recordar lo sucedido que solo hacían que su corazón se oprimiera.
¿cómo había terminado tan hundida?
Su mente nuevamente comenzó a divagar en todo lo sucedido en tan solo un par de meses, sus manos inconscientemente empezaron a temblar mientras sus ojos se cristalizaron y su respiración se aceleró junto a su pulso... sentía nuevamente la habitación volverse cada vez más pequeña a la vez que los recuerdos y las voces en su mente de lo que alguna vez fue una familia feliz se repetían constantemente, sus ojos pesaban como si estuviera luchando para estar despierta y su cuerpo temblaba debido a la helada noche que se presentaba.
Hasta que finalmente cayó en el duro y frío suelo de madera en posición fetal intentando buscar algún tipo de consuelo o calor.
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