Tanaka Akane, una joven de 16 años conocida por ser despistada pero a la vez una de las mentes más brillantes de su clase, pero una vida completamente desastrosa.
Baji Keisuke, un joven de 17 años que repitió de curso y era conocido por ser un "del...
Ambos no sabían como habían terminado en esta situación.
Akane estaba recostada sobre el pecho del pelinegro mientras este tenia una mano sobre su cabeza manteniéndola cerca a él. El sonrojo en sus rostros se hizo presente inmediatamente al verse en esa posición y se alejaron para evitar sentirse más avergonzados.
Anoche se quedaron viendo una película en la sala y en algún punto de esta Akane se quedo dormida, siendo seguida por Baji quién ahora tenía un gran dolor de cuello debido a la incómoda posición en la que se durmió.
Akane tomó su celular y notó que este estaba casi sin batería y tenía algunas llamadas perdidas de Benkei, probablemente el chico se preocupó cuando no la vio llegar anoche.
Alguno de estos días le iba a provocar un infarto al mayor si seguía así.
Se aseguró de mandarle un mensaje para que no se preocupara más de lo que ya probablemente estaba y decidió guardar su teléfono para evitar que este muriera.
"¿Quieres desayunar?" Preguntó Baji intentando aligerar el ambiente.
"Oh, veo que despertaron!" Habló feliz Kushina ingresando a la sala "les deje el desayuno listo, puedes tomar una ducha si gustas cariño. Keisuke en su baño tiene un cepillo de dientes extra y te deje un viejo vestido mío por si quieres usarlo" dijo con una sonrisa acercándose a la menor.
Kushina era la más fascinada al verlos, recordaba perfectamente sentirlos ayer en la noche entrar pero se contuvo de interrumpirlos al ver a su hijo siendo atendido por la chica, por lo que simplemente se hizo la dormida mientras los escuchaba en la sala. Esta mañana se levanto y se encontró con ambos durmiendo en la sala como una joven pareja.
Claramente no dudo en sacarles un par de fotos para chantajear a su hijo luego y les hizo panqueques ya que Keisuke no era un gran cocinero y no quería que Akane se intoxicará.
"Muchas gracias Kushina-san" habló la castaña con una pequeña sonrisa.
"No te preocupes" sonrió acomodando su chaqueta "bien yo debo irme a trabajar, pórtate bien Keisuke y sí vas a salir avísame" le dio un beso en la frente s su hijo que se sonrojo levemente por las actitudes de su madre y luego salió de la casa.
"Bien ¿quieres ducharte primero?" Preguntó el pelinegro estirándose haciendo sonar su espalda.
Akane simplemente asintió algo tímida y Baji la condujo por la casa hasta llegar frente a su baño donde sacó un cepillo de dientes y una toalla para entregársela. La castaña tomó su bolso y lo dejo en el baño junto con el vestido que le prestó Kushina en sus manos.
Siempre había sido precavida y llevaba un segundo cambio de ropa interior en su bolso en caso de que esos días del mes llegarán antes de tiempo.
"Puedes usar mi shampoo y todas las cosas que quieras ¿si? Te esperó en la cocina" sonrió para luego salir, no sin antes revolver ligeramente el cabello de la chica.
Esto se sentía realmente agradable para ambos.
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