Tanaka Akane, una joven de 16 años conocida por ser despistada pero a la vez una de las mentes más brillantes de su clase, pero una vida completamente desastrosa.
Baji Keisuke, un joven de 17 años que repitió de curso y era conocido por ser un "del...
No había alcanzado a localizar a Akane luego de que huyera del lugar e intentó contactarse con Baji para que Este verificara el estado de la castaña pero el pelinegro no le contestaba. Quería saber como estaba y apoyarla luego de ese difícil momento pero a la vez no quería invadir su espacio por lo que le mando un par de mensajes y espero pacientemente a que le respondiera.
Cosa que aún no hacía.
Se preparó para la reunión de hoy y comenzó a caminar al templo donde no tardo en encontrarse con los gemelos Kawata, se quedo conversando un rato con ellos para distraer su mente un rato. Ahí Smiley le contó que al parecer Baji estaba con arresto domiciliario y había tenido una disputa interna con Mikey haciendo que le prohibieran asistir hoy.
Eso le hizo un poco de sentido ya que Baji tendía a enojarse rápido y con eso podia justificar un poco su ausencia producto de su enojo.
La reunión comenzó y ahora ya estaba un poco más calmado mientras escuchaba a Mikey anunciar al nuevo capitán del tercer escuadrón, habia algo en ese tipo que se le hacía familiar y le daba una sensación de incomodidad. Su presencia parecía ser siniestra y la sonrisa provocadora en sus labios hacía que se sintiera inquieto, esperaba que nada malo sucediera con su llegada.
Pudo ver como el nuevo chico le daba un golpe a Kisaki y desataba la guerra entre los altos mandos pero definitivamente no se esperaba la siguiente movida.
Baji Keisuke había aparecido luego de estar días ausente.
Intento seguirlo cuando escucho las palabras abandonar sus labios pero cada vez lo veía más lejano y más perdido.
Solo esperaba que Akane tampoco pagará las consecuencias de los actos de Baji.
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9:30 pm
Su mente divagaba una y otra vez a los escenarios que ocurrieron hace un par de horas. Se toco su mejilla intentando aliviar un poco el dolor ya que su madre le pego mucho más fuerte de lo que pensaba.
Ahora se encontraba en una pequeña cafetería para saciar su hambre luego de tantas cosas, pidió un simple batido de fresa y un trozo de torta de chocolate para alegrar un poco su tarde. Revisó su teléfono y se enterneció un poco al ver los mensajes de su rubio amigo.
