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Me desperté cuando sonó la alarma, abrí los ojos y me golpeó la luz del sol en la cara lo que me obligó a volver a cerrarlos. Ya puedo sentir el calor de mierda y puedo asegurar que ya estoy transpirando, la puta madre.

Ahora me doy cuenta que la hija de puta de Sofía cerró el ventanal y puso el aire al palo, ojalá se resfríe por yegua.

—Euuu— me di vuelta para mirar su cama— Sofíaaaaa..

Me senté en la cama y le largue con una almohada.

—Dale despertate— dije agarrando el control del aire y lo baje.

—¿Qué hora es?— pregunto toda dormida tapándose la cara con la almohada que le tire.

—Las 8.

—Uh, tiremos hasta las 9.

—No dale— me pare.

—Que mala onda.

—Después andamos haciendo todo a las corridas— agarre ropa de mi valija y la dejé encima de la cama.

—Me voy a levantar solo para gastar plata, la concha de la lora— dijo y yo me reí.

—Fue tu idea.

—Y no sabes lo que me arrepiento.

Negué con la cabeza riéndome y me metí al baño.

Resulta que como dijo Sofi, vamos a salir a gastar plata, nos vamos de compras. Yo acepte la idea porque nada, de vez en cuando está bien darme un gustito, además ya me hacía falta comprarme algunas cositas.
Y vamos ahora en la mañana porque después de almorzar nos tenemos que ir al predio para ver a Germán, y admito que eso me pone un poco bastante nerviosa (ya saben porque).

Me duche lo más rápido que pude y salí para que entre Sofía. Puse música en el tele porque si no es un embole y después de ponerme crema en el cuerpo, me cambié, igual me arrepiento un poco de ponerme crema porque parece que más transpiro la concha de la lora.

Una vez que Sofi salió espere a que se cambie y haga todo su proceso, mientras yo hablaba con mi mamá.

—¿Listo?— la mire.

—Si, ya estoy— dijo metiendo su celular a su cartera y yo también lo hice.

—Vamos entonces..

Salimos tipo 9 del hotel y antes que nada fuimos a desayunar a un cafecito que hay cerca, bastante lindo la verdad.

—Este viernes tenemos que salir boluda, si o si— Sofi me mira y muerde su tostado.

—Si, ya fue. No esperemos a que a estos le den permiso, porque nos jubilamos.

—Yo te dije, pero vos quisiste hacerle caso a Germán.

—Ahora cuando vayamos le voy a decir que no lo esperamos una mierda— alcé los hombros.

—Y no, anda a saber si los van a dejar. Si pierden lo dudo.

Hice una mueca, y asentí porque tiene razón. Podríamos haber salido el finde pasado (viernes) o sea, hace tres días, pero el boludito de Pezzella nos dijo que esperemos unos días porque a ellos le daban permiso así salíamos juntos pero bueno, dudo que lo dejen y menos si no ganan el partido de mañana.

Desayunamos tranquilas y una vez que estuvimos llenitas nos tomamos el palo a recorrer locales. Nosotras dos somos un peligro la verdad, no nos controlamos ni en pedo, gastamos hasta que nos damos cuenta que estamos secas, ni un filtro tenemos.

—Uh boluda, mira que lindo— dijo Sofi mirando un vestido negro que estaba en vidriera.

—Si rre lindo— asentí— Probatelo..

Secreto [Lᥙᥴᥲs Mᥲrtιᥒᥱz Qᥙᥲrtᥲ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora