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Ya se había hecho una rutina cada que tenía sesión con su psicóloga, Shoto y ella se iban juntos hasta la estación de trenes, donde tomaba un vagón que iba en sentido contrario — no sin antes de que el Todoroki le desease suerte — y cuando volvía a casa, los demás la esperaban para cenar todos juntos, teniendo efímeros momentos familiares.
A veces Natsuo no podía estar presente — por sus clases en la universidad — pero aún así disfrutaban de su mutua compañía, todo estaba yendo demasiado bien para ella y era algo que la asustaba — por alguna razón — creía que tarde o temprano todo desaparecería y la mantenía un poco ansiosa.
Su relación — o lo que sea que tuviera — con Hawks iba avanzando lento pero seguro, el héroe se saltaba su trabajo para ir a verla en las noches que patrullaba con Enji. Otras veces salían a comer u otras simplemente tenían vuelos nocturnos por los despejados cielos de Musutafu. Keigo se estaba portando de la mejor forma con ella, ni siquiera la presionaba. La hacía sentir cálido en su interior, era algo extraño para ella volver a experimentar lo mismo por parte de otra persona que no fuera Touya.
— Bienvenida, Elaine.— Takumi la recibió con una sonrisa, señalando el sofá.— ¿Qué tal estuvo está semana? Cuéntame, ¿Cómo te has sentido?
Ya se estaba acostumbrando a sus bombardeos de preguntas cuando llegaba, era normal en Takumi. Comenzaba la sesión preguntando ese tipo de cosas, para luego dejar que Elaine vomitara verbalmente todo lo que quería, después volvía a preguntar más a profundidad y conversaban un poco antes de terminar la sesión.
— Mi semana estuvo algo agitada, creo que ya has visto las noticias.— la mujer asintió, acomodando sus gafas.— Me he sentido bien, aunque estoy algo ansiosa.
— Sí, puedo notarlo.— comenta con gracia, dejando que la menor se tumbe en el sofá. — Ahora, ¿Cómo te fue con la tarea que te deje?
Con cada sesión que tenían, la castaña le dejaba pequeñas "tareas" — si se les podía llamar así — consistían en cosas pequeñas que para algunos no tendría importancia – cómo hablar de tus sentimientos o crear una lista con tus virtudes — pero ese tipo de cosas ayudaban de a poco que la persona fuera evolucionando en su tratamiento.
— Oh, bastante bien.— admitió, entrelazando sus dedos y viendo al techo.— He tenido una larga platica con Shoto en uno de nuestros entrenamientos, creo que fue muy fructífera.
— Me alegra oír eso, nena.— contestó, anotando todo en su folio. — ¿Y con tu pretendiente?
Sí, claro que ella sabía eso. Takumi se había convertido en el vertedero personal para todo lo que abrumara a Elaine, exceptuando el hecho de que ella no le había dicho que era el héroe número tres quién la pretendía, simplemente le puso el nombre "X".
