Capítulo 32: El comienzo del final

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Quien no se deja aplastar"
El ruido seco de un plato cayendo al suelo tras diversos gritos que se expandieron por el lugar lograron enfriar la sangre de Hermione. Tal vez, en el fondo de su ser ya podía percibir que algo terrible estaba a punto de darse. Los gritos del alumnado crecieron mientras señalaban espantados a la pared del frente del gran comedor. Hermione volteó y se chocó con una realidad repugnante. Sus ojos marrones se nublaron y por un momento sintió que el aire no entraba a sus pulmones.

No podía creer lo que veía.

En la pared se dibujaba con sangre la marca tenebrosa y bajo ella una frase se escribía:

"Con la muerte pagarán la impureza de su sangre.

La hora inefable ha llegado."

Hermione no podía respirar, sus ojos marrones yacían fijos en aquellas palabras sin que sus ideas lograran ordenarse. Percibía voces y llantos a su alrededor, mas no los escuchaba. Parecía haberse quedado en blanco, como si nada ni nadie perteneciente al exterior tuviera el menor poder sobre ella.

Los Slytherins hablaban entre sí histéricos. Zabini exclamaba insultos llenos de ira mas Draco no escuchaba nada. Su mente estaba tratando de asimilar la situación¿quién había sido tan imbécil como para poner algo así en pleno comedor? Ahora estarían perdidos! Dumbledore empezaría a sospechar sobre mortífagos alumnos. Podía sentir la ira recorrer su sangre mientras golpeaba la mesa con su puño. Aquello iba a causar demasiados problemas. Sus ojos grises se fijaron en Dumbledore y los demás profesores, quienes discutían entre sí espantados por la situación. Pronto Snape se encargó de borrar la frase con un hechizo limpio de su varita y caminó tratando de calmar a los estudiantes de su casa. Todos los profesores parecieron optar por hacer lo mismo. No había duda; estaban perdidos.

- ¿Quién fue el maldito imbécil! El Señor Oscuro va a enfurecerse con esto! Nos dijo claramente que no debíamos dar muestra de existencia!- exclamaba Zabini enfurecido. Pansy permanecía callada y con la mirada fija sobre la mesa mientras Spencer reía irónicamente, como siempre, burlándose de la situación actual.

- De qué te ríes maldito engendro!- gritó Zabini en un ataque de furia. Ya no lo soportaba más, Jack estaba acabando con su paciencia.

- De todos! De eso me río. Creen que Dumbledore es tan estúpido como para no haberse dado cuenta que hay mortífagos en el colegio? Esto solo se lo comprueba, pero él ya sabía la verdad.- dijo mientras tomaba un tenedor y lo clavaba en el gran pavo que se encontraba en el centro de la mesa. - Quien sea que hizo esto, tuvo otro fin no creen? Y ya podemos empezar a considerar la posibilidad de tener a un enemigo potencial entre los nuestros….alguien tal vez, desleal. No es así Malfoy?

Draco fijó sus ojos grises ardientes en él y se levantó lanzando un golpe sobre Spencer. Todo el comedor gritó al verlo caer fuera de la mesa y al suelo sin borrar la estúpida sonrisa de su rostro.

- Si vuelves a insinuar algo así voy a matarte Spencer.- dijo el rubio con ira desprendiéndose de sus ojos.

El alumnado estaba entrando en histeria. Un chico de Ravenclaw se levantó de la mesa y gritó señalando a la mesa de Slytherin.

- Ustedes pusieron ese maldito mensaje en la pared! Ustedes Slytherins! Elitistas y racistas desde siempre! Ellos son los culpables! Su casa está llena de asquerosos mortíos!

Todas las demás casas se levantaron y gritaron lo mismo, insultando a las serpientes y creando una pelea colectiva. Todo se había transformado en un caos total. Hermione se vio obligada a saltar de su asiento cuando los alumnos de las casas de Ravenclaw y Hufflepuf corrieron subiéndose a las mesas que se interponían entre ellos y los Slytherins. La castaña cayó al suelo cuando una manada de jóvenes la empujaron pasando sobre ella. Se deslizó debajo de su mesa respirando agitadamente mientras veía cómo las copas y los platos rotos caían a ambos lados de la mesa. Un pedazo de vidrio le raspó la pierna. Estuvo a punto de gritar cuando una mano la agarró del brazo y la sacó de la mesa.

°•CAMBIANDO EL PASADO•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora