Capítulo 25: Lo juro

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Y juntos entraron.
Draco bajó del tren con Zabini mientras hablaban muy acaloradamente. Sin duda alguna cualquiera que los hubiera visto habría sabido inmediatamente que estaban discutiendo. Los Slytherins que los conocían bien caminaban mientras comentaban entre sí lo extraño que era ver al Rey de su casa pelear con su mano derecha. Todos se preguntaban cuál era la causa de la disputa sin siquiera imaginar lo que en realidad estaba sucediendo.

Pobres ignorantes.

Draco entró al castillo con un paso molesto y fastidiado seguido por Zabini. El rubio estaba hartándose de las reprimendas que recibía por parte de su amigo, y ya no estaba dispuesto a escuchar más quejas.

Se volteó ardido.

- Yo hago lo que quiera! Me entiendes! Si me da la gana de desaparecerme del mundo eso hago!

- Tú no respetas nada Malfoy! Ni siquiera el hecho de que lo único que hago es proteger tus espaldas todo el tiempo! Yo debería largarme y dejarte solo haber qué haces con Pansy y los demás que ya sospechan!

Se produjo un silencio aterrador después de aquellos gritos. Sin duda, Blaise había llegado a su límite. Draco fijó sus ojos grises glaciales en él.

- Por qué no te vas entonces?- le dijo con una voz firme. - Nadie te obliga a nada.

Zabini levantó su mirada y conteniendo la rabia y las ganas que ahora se apoderaban de él de golpear a Draco haber si esto lo hacía reaccionar, habló.

- Porque soy tu único amigo!- dijo como si la respuesta fuera tan obvia que ya se tornaba algo tonta la simple formulación de la pregunta. - Si yo te dejo estás perdido.

Draco permaneció en silencio. Sabía que él tenía la razón. Nunca sintió tanto arrepentimiento de haberle gritado a Blaise en toda su vida. Era cierto, sin su ayuda estaría perdido.

El rubio titubeó tratando de pensar en una manera de reparar lo hecho sin tener que disculparse. Un Malfoy jamás pedía perdón. No recordaba, por supuesto, que si había alguien que lo conocía a fondo además de Hermione, era Zabini, y éste decidió hacerle las cosas más fáciles.

- Ya no importa.- dijo hartándose. - Me harías un gran favor escuchando mis consejos de vez en cuando: aléjate de Granger. Ella es lo peor que pudo haberte pasado. Si estuviera en mis manos, la eliminaría yo mismo. Y es eso lo que un futuro mortífago debe hacer. Malfoy, yo no me uní a ti desde un principio por cualquier cosa, lo hice porque supe desde que te vi que eras el único en esta casa llena de imbéciles que tenía la ambición desmedida que yo necesitaba. Aquí, fuiste como mi maestro. No hagas que pierda ese respeto por ti.

- Todos esperan cosas de mí.- dijo Draco. - Y yo no sé si cumpliré las expectativas de todos. Eso sí, debes tener algo muy claro Zabini; pienso alcanzar mis metas, y no me importará hacer a un lado todo lo que me estorbe. Aplastaré a quien tenga que aplastar. No me importará a quien...

- Así me gusta oírte hablar!- exclamó Zabini. - Ese es el Malfoy que yo siempre he admirado! Después de todo, él vive en ti y nunca te podrás deshacer de él.

Draco dio media vuelta dispuesto a caminar hacia su sala común, mas entonces se detuvo repentinamente.

- Blaise, te llegó ya la noticia?

El rubio escuchó una risa a sus espaldas.

- Sí. Esta mañana le llegó a todos los mortífagos. Así que hoy en la noche, todos estaremos iniciándote.

El rubio gestó una media sonrisa vacía y desapareció por los corredores de Hogwarts.

Hermione entró a su habitación y sacó inmediatamente el papel que había guardado en su túnica. Era un pequeño papiro doblado en cuatro. Lo desdobló con algo de impaciencia y leyó su contenido:

°•CAMBIANDO EL PASADO•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora