Beso robado

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-Mi niña, te extrañe muchísimo-
-Yo también mami, y esa pistola-
-Shhhh, nadie puede saber que la traigo, donde están tus hermanitos-
-Arriba mami-
-Ahora sube y déjame a solas con la familia-
La niña asintió y salió corriendo.
-A ti te quería ver-
Saque la pistola, la cargué y apunte a Sofía.
-Asi que muy mujercita no, no paraste hasta que te casaste con el, pues sepate que el mundo rosa no te duró mucho, aquí la única señora Lazcano soy yo, y tu-me dirigí a César-No te creí capaz de casarte con esta, me traicionaste, al llegar me imaguine todo menos que te hubieras casado, eres un imbécil-le solté una cachetada con la mano que tenia libre.
-Mariana entiéndeme nuestros hijos necesitaban una educación, tienen solo 2 meses de nacidos-
-Bueno, pues si querías darle una mejor educación, tenías que haber buscado una mujer que hubiera valido la pena, porque está es una criminal-
Tome a Sofía del brazo y le apunte con la pistola en la cabeza.
-Ahora le vas a desir a mi marido donde estuve estos meses-
-Mariana por favor no-
-Callate si no quieres que dispare-
En realidad no quería hacerlo, solo estaba presionando a Sofía para que dijera toda la verdad y quitarle la máscara que tubo todos estos años.
-Cesar yo y Marcelo secuestramos a Mariana-
-Vez ahí está-
-Pero lo hice porque te am...-
-Salte de mi casa inmediatamente-
-No mi vida, para ella tengo otros planes-me giré-Oficial ya pueden pasar-
Entraron 5 policías armados y el comandante se quedó platicando conmigo mientras que los otros policías se llevaban detenida a Sofía.
-Este, tome esto-le di la pistola-Quiero hacer una declaración para justificar los dos balazos que le metí a Marcelo Escalante, por favor acompañeme vamos a la cocina-
Allí le conté todo al oficial mientras que los demás se quedaron boquiabiertos con lo que había hecho.
-Y ustedes tienen que entenderme, tengo muchas pruebas de todo el daño que me causaron, ve estas cicatrices-le mostré las muñecas y parte del cuello-Cada vez que me ponía a pedir ayuda me golpeaban, y le metí esos dos balazos en defensa propia-
-Listo señora Mariana, creo que con esta declaración la señora Sofía pasará varios años en la cárcel-
-Y Marcelo, que con el, acaso se va a quedar libre-
-No señora, el señor Marcelo Escalante murió por los dos balazos que usted le metió-fue cuando no supe más de mi.
•Narrador•
Al ver que Mariana se desplomó en el piso César la cargó y se la llevó a la habitación.
-Dígale a la señora Mariana que nosotros la llamamos mañana para que le tomen otra declaración y desidir que pasará con ella-
-Claro que si-
Cuando el comandante se fue, Carmen subió a la habitación de Mariana, pero escuchó a su hijo hablar con ella y desidio no entrar.
-Mariana mi amor, me hiciste tanta falta, pensé que te había perdido para siempre, le doy gracias a Dios que estés ahora con nosotros, que estés bien, Mariana te amo-poso sus labios en los de ella y ella comenzó a reaccionar.
-Que te pasa, porque me besas-se sentó en la cama y el se arrodilló delante de ella.
-Mariana perdoname por todo lo que te hice, se que no debí haberme casado con Sofía pero entiendeme mis hijos necesitaban a alguien para cuidarlos-comenzaron a caer lágrimas de sus ojos.
-Cesar, no te puedo perdonar por haberme hecho eso, mi mamá y tus papás no están pintados en la pared, ellos bien pudieron haberlos cuidado, metiste una criminal en mi casa, poniendo en riesgo a mis hijos y eso no te lo voy a perdónar-
Se paró de la cama y se dirigió a la habitación de los gemelos.
Cuando los vio fue amor a primera vista, solo había visto a sus bebés dos o tres veces, ese amor de madre que llevamos adentro no se compara con nada, y eso Mariana lo sabia muy bien, se acercó a las cunas y tocó las mejillas de sus hijos derramando varias lágrimas.
-Mis niños, aquí está mamá, ya no me voy a volver a ir, los amo mis amores, ustedes son mi vida, por ustedes soporte tanto dolor y tantos maltratos, para volver a verlos, para estar con ustedes y no volverme a separar nunca.
Estubo varios minutos en la habitación llorando hasta que se logró calmar y fue hasta su habitación a darce una ducha.
-Que haces aquí, no te quiero ver salte de mi vista-
-Mariana por favor-
-Por favor nada, te dije que no...-
La interrumpió, la tomó por la cintura y unió sus labios a los de ella, al tocarlos volvió a renacer, volvió a sentirme vivo, esa mujer era la única que lo podía hacerlo renacer después de haber muerto en vida con la fingida muerte de su esposa, ella, su esposa era la única que podía revivirlo con tan solo un beso.
-Que te pasa, olleme bien, jamás en tu vida me vuelvas a besarme, y ahora salte que me quiero bañar-
-Esta bien, voy a respetar tu espacio-
Ella se dirigió al baño y el no llego a salir, la puerta del baño estaba entreabierta y el logro ver esa silueta que lo volvía loco, su cuerpo desnudo, corriendo el agua y la espuma juntas, haciendo una combinación perfecta con las curvas de su cuerpo.
Salió rápido de la habitación antes de que ella pudiera verlo.
-Mari puedo pasar-toco Carmen.
-Claro Carmen, pasa-
-Mari te trage a los niños para que le des de comer, no se si quieras hacerlo-
-Claro que si, y podré darles el pecho después de dos meses ?-
-Claro, a César lo estuve alimentando hasta que tubo como 5 meses de nacido, así que te queda todavía mucho tiempo-
-Puedes llamar a César para que me allude-
-Claro que si-
Carmen dejo a los dos bebés en la cama y fue en busca de César.
Cuando subió Mariana lo estaba esperando.
-Para que me llamaste-
-Para que me alludes a darle el pecho a los dos bebés, tu eres su padre ni modo que tu mama me vea los pechos verdad, así que alludame-
Me pare de espaldas, me quite la blusa y el me safó el sujetador.
Me acosté en la cama y me alludo a poner a los bebés en cada uno de mis cenos.
Desde el espejo del tocador ella podía mirar que él no le quitaba la mirada de los pechos.
El viéndola así, quería comercela a besos y hacerle el amor, y de solo pensar en eso su bulto en la entrepierna comenzó a crecer cada vez más...

Otro...
No olviden sus estrellitas 🌟

Abrázame muy FuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora