Donde Minho jura ser heterosexual y Seungmin intenta de todo para llevarlo a la cama. Pero... ¿Qué sucede cuando esté termina enamorándose y al lindo rubio no le interesa corresponderle?
Kim Seungmin era libre, no era de nadie y nunca lo sería, ¿o...
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Seungmin había estado mensajeándose con San y se dio cuenta de qué era un increible chico, era guapo e inteligente, no perdía nada en conocerlo y divertirse con él, pues estaba muy seguro de qué no volvería a permitirse enamorarse de alguien tan rápido, así que se habían puesto de acuerdo para salir aquella noche. Después de arreglarse y verse mil veces en el espejo, estaba listo y satisfecho con su apariencia, así que bajó para despedirse de su madre.
—Han llegado por mi, debo irme—habló para llamar su atención, pues ella estaba mirando su computadora.
—Claro, cariño—dejó el aparato a un lado y se acercó para abrazarlo—¿Seguro que está bien para ti hacerlo?
—¿De qué hablas?—frunció el ceño.
—Ya sabes, él no es Minho—contestó sin intenciones de hacerle sentir mal, pero se preocupaba por Seungmin, pues dos noches atrás, le había escuchado llorar y después de consolarlo, él le confesó todo lo que estaba pasando—No te obligues a salir con otros chicos para tratar de olvidarlo, todo sanará a su tiempo, te lo prometo.
—No estoy haciendo eso—rodó los ojos sin que lo viese—Realmente me interesa San y no tiene nada de malo salir a divertirme, ¿o si?
—No, tienes razón, olvida lo que dije—sonrió—Pásala muy bien.
Si dijera que ya no sentía nada por Minho estuviese mintiendo, porque si, aún lo hacía, pero eso no significaba que le lloraría todo el tiempo, debía seguir con su vida justo como antes de conocerlo, feliz, libre y despreocupado. ¿De qué le servía llorar por Minho? exacto, de nada, porque él estaba por hacer su vida con otra chica. Pronto, lo que tuvieron pasaría a ser solo parte del pasado. Seungmin asintió y salió de casa para dirigirse al auto de San, por supuesto que él chico salió rápidamente para abrirle la puerta como todo un caballero.
—Buenas noches—le saludó él rubio con un beso en la mejilla—¡Qué lindo auto tienes!
—El auto es lo de menos cuando un chico tan lindo viene dentro—le halagó y Seungmin en lugar de sentirse sonrojado, no pudo evitar reírse mentalmente por ese cumplido—Te vez muy bien está noche, siempre lo haces, pero hoy más.
—Gracias, se qué si—se colocó el cinturón de seguridad—¿A dónde iremos?
Choi San no tomaba, no fumaba y mucho menos se drogaba, le gustaban las cosas tranquilas, como ir al parque, al karaoke y ese tipo de cosas.
—Podemos ir al restaurante que esta en los bolos, ¿quieres?
—Si, seguro—contestó con una sonrisa y cuando San arrancó el auto, miró por la ventana y frunció el ceño al ver una motocicleta idéntica a la de Minho.
«Incluso ya estoy alucinando» pensó.
A pesar de qué Seungmin era 9 años menor que San, él mayor sentía una atracción muy grande hacía él, pues desde la primera vez que lo vio en la cafetería quedó flechado y que le haya aceptado la cita le hacía en verdad ilusión. Esperaba poder conocerlo más y quién sabe, terminar en una relación seria.
