Donde Minho jura ser heterosexual y Seungmin intenta de todo para llevarlo a la cama. Pero... ¿Qué sucede cuando esté termina enamorándose y al lindo rubio no le interesa corresponderle?
Kim Seungmin era libre, no era de nadie y nunca lo sería, ¿o...
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Mañana era el día en el que Seungmin recuperaría a su chico, porque si, Minho era suyo y no dejaría que Lisa se saliera con la suya, ahora que sabía la verdad, que ella no estaba embarazada, no dejaría por nada del mundo que se casará con Lee. Después de haber planeado por varios días lo que iba a hacer junto a bangChan para impedir aquella boda, al fin todo estaba listo, faltaban menos de 24 horas para eso y Seungmin no podía con la felicidad que estaba sintiendo. Y es que... ¡recuperaría a Minho!
—Dios, estoy tan feliz, madre—sonrió con un hermoso brillo de ilusión en los ojos—No puedo esperar a que sea mañana.
—Me alegra que estés tan feliz, cariño—sonrió también, si su hijo era feliz, ella lo sería también—Me da mucho gusto que esa chica no se saldrá con la suya.
—¡Lo sé, es genial!—soltó una risita y suspiró—De por si me caía muy mal y ahora peor, está loca, ¿no crees?
—Mmmh, pues si, lo está—se encogió de hombros—Que sus padres se encarguen de ella.
—Trataré de dormir, madre—se levantó del sofá—Aunque dudo que pueda.
—Descansa Minnie, mañana será un día largo—le dio un beso en la mejilla—Te amo.
—¡Te quiero!—se dirigió a su habitación para acostarse en su cama, dudaba mucho poder dormir, pues tenía tantos nervios, pero trataría.
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Eran las cuatro de la mañana y Minho no había conseguido poder dormir, se encontraba en su cama mientras miraba el techo y miles de pensamientos pasaban por su mente. Estaba a tan solo unas pocas horas de casarse con Lisa y no quería, solo podía pensar en Seungmin, en lo mucho que lo iba a extrañar, en que definitivamente jamás lo iba a querer ver de nuevo. Todas sus esperanzas estaban por tirarse a la basura y las ganas de llorar llegaron de nuevo a él.
—Maldito sea el día en que me metí contigo—habló para Lisa y una lágrima se deslizo por su mejilla. Desvió su mirada hasta su armario y ahí estaba colgado aquel traje negro que usaría mañana, lo detestaba, odiaba una prenda y sabía que era jodidamente absurdo. Aún con las pocas lágrimas que salían de sus cansados ojos, tomó su celular para mirar las fotos que había guardado de Seungmin y eso solo consiguió que se atormentará mucho más.
