6. Creo que Levi la cuidará bien.

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- Vente con nosotros a Paradís.
- ¿Yo? ¿Ahora?
- Mañana saldremos a primera hora, haz la maleta y vente.
- Estamos en medio de una guerra.- Le aclaré.
- No dejaremos de trabajar, simplemente traslada el trabajo.- Me sugirió.
- Le pediré permiso a mi tío, pero no se que dirá.

Después de hablar con él, y de intentar felicitar a Levi, recibí una respuesta afirmativa por parte de la junta del ejercito. Al parecer era importante tener colaboraciones internaciones si queriamos acabar con Eren Jeager, e instalar una sede de Marley en Paradís era una idea que les encantaba.

Había hecho la maleta y me encontraba junto a una Hange animada, un enano enfadado y un comandante satisfecho entrando al barco.

- ¡No me puedo creer que vengas un mes a trabajar a Paradís!- Gritó la castaña emocionada.- Tendrás tu despacho, conocerás a los reclutas....
- Relájate gafotas, sigo pensando que no es buena idea.- Dijo el pelinegro rodando los ojos.

Rodé los ojos también y me dirigí al camarote que compartiríamos Hange y yo durante un par de días de viaje.

Ella llegó.

- Me alegra por fin compartir cuarto con una chica.- Le sonreí.- El enano enojón no duerme y se pone a mirarme.
- Que.....miedo.- Dije con el ceño fruncido.
- No te preocupes, él es de fiar.

Después de instalarnos y prepararnos para unos días de barco, decidí ir a por algo de comer.

Iba hacia la cocina mirando el suelo cuando me encontré con la personas que menos quería ver.

- Buenas tardes.- Le dije.

Se estaba tomando una taza de té.

- El demonio te comió la lengua o
- Escuchame mocosa.- Me interrumpió.
- No me llames mocosa.- Le dije con una mirada asesina.
- No se porque Erwin te invitó a venir, ni se porque le pareció una buena idea toda esa mierda de una SEDE Marleyana en Paradis pero- Pensó.- A mi no me gusta, y tú no me gustas. Los de tu país solo nos han traido problemas.
- Se lo que os ha hecho mi gente, y no los apoyo. Por eso me encargué personalmente de conseguir mi puesto en el ejercito, para ayudar a los Eldianos honorables a llevar mejor lo de los titanes cambiantes.- Lo miré.- Tú odias a Zeke, yo también tengo mis razones para odiarlo, por eso quiero ayudar.

Narra Erwin:

Llegué a la cocina encontrándome con TN y Levi hablando. Por la tensión en el ambiente supe  que no era una conversación muy agradable.

A Levi no le había hecho mucha gracia eso de que me quedase en casa de la general la noche pasada.

Flashback

- ¿Se puede saber donde estuviste a noche?
- Con TN, era tarde para volver.
- Esa niñata se está aprovechando de ti.
- No seas tonto Levi, es buena chica. Tengo los recuerdos suyos con Bertholt, conozco su pasado.
- Igualmente, no me inspira confianza.

Fin del Flashback

- Buenas tardes.- Dije.
- Buenas tardes.- Dijeron los dos con tono apagado.

TN se marchó con dos tazas de té y Levi continuó en su mundo.

- Primero te quedas en su casa y ahora la invitas a Paradis. ¿Te casarás con ella dentro de un mes o que pasará?

Reí.

- No digas tonterias. No es momento para contraer matrimonio.
- ¿Pero se lo pedirías?- insistió.
- Yo...

Narra Tn:

Llegué al exterior y me senté al lado de la castaña, la cual estaba leyendo un libro.

- Toma, tu favorito.- Le dije dejándolo en una pequeña mesita.
- Gracias..- Tomó un poco.- Por tu cara siento que Levi te ha dicho algo.

¿Esta mujer era adivina?

- Nada nuevo, no confía en mi.- Encogí mis hombros mientras observaba el oceano.
- Dale tiempo, te acabará cogiendo cariño.

Al día siguiente, la noche cayó antes de lo que esperaba. La tripulación del barco, que al parecer se estaba aburriendo, había decidido celebrar y beber.

Había música, y Hange se veía muy emocionada de escuchar las canciones tradicionales de Marley.

- Prefiero la música clásica.- Le dije.

Erwin apareció a mi lado.

- Yo también.- Dijo y me sonrió.
- Quiero irme a descansar, pero me da miedo dejarte aquí sola con Alcohol- Le dije a Hange.
- Gafotas no bebas tanto.- Dijo Levi apareciendo.
- Creo que Levi la cuidará bien.- Me dijo Erwin acercándose a mi oído.
- Bien, en ese caso me iré a un sitio más tranquilo.
- La acompaño.
- No hace falta comandante, puede quedarse a celebrar si lo desea.- Lo miré a los ojos.
- Prefiero pasear con usted.
- Esta bien.- Comenzamos a caminar.

Llegamos a la parte alta del barco, donde apenas se escuchaba la música de fondo.

- Cuénteme algo sobre usted.- Me dijo.
- Pues... cuando era chiquita mi tío me entrenó junto a Porco, Pieck y los soldados cándidatos a guerreros, por eso tengo un puesto tan alto a mi corta edad.- Le expliqué.- Ahora cuenteme algo usted.
- Una vez, cuando estaba en mis años de recluta, el comandante de la policía militar y yo, nos enamoramos de la misma mujer.
- ¿Y que pasó?- Reí.
- Al final mi compañero se quedó con ella, tienen 3 hijos y viven felices.- Me explicó.
- Esa era la chica de la que me habló aquella vez ¿no?
- Afectivamente.- Me sonrió.

Abracé mis hombros, comenzaba a hacer frío.

- ¿Tiene frío?
- No se preocupe, solo hace un poco, puedo aguantar.- le sonreí.
- Tome.

Se quitó la chaqueta y me la dejó.

- Muchas gracias.- me la acomodé.- Es un poco tarde, ¿desea hablar dentro?
- Si usted lo desea.

Ambos llegamos a su habitación, me acomodé en su cama. Al ser comandante no compartía cuarto con Levi, por lo que teniamos mucha privacidad.

- Bonita habitación.- Le dije poniendo su chaqueta a un lado.
- Ser comandante tiene sus comodidades.- Sonrió.
- Se a lo que se refiere, aun que creo que si fuera comandante en Marley disfrutaría más de todo tipo de compañías.
- ¿A qué compañías se refiere señorita Magath?

Él se sentó en la silla del pequeño escritorio que tenía al lado de la cama, y se sirvió un poco de alcohol, a lo que yo, cuando me ofreció, me negué.

- Pues la clase de compañía que ya usted sabe. Mi tío y otros puestos importantes de la milica solían disfrutar varias noches a la semana en clubs nocturnos. ¿En paradís no?
- Los comandantes de Paradís tienen esposa e hijos, soy el único que no ha logrado eso, y dudo que lo logre.
- ¿Y si llegara una mujer que cambie eso?- Lo miré.
- Me quedan un par de años señorita, no creo que valga la pena. Como le dije, no me gustaría dejar a una familia sola.
- Entiendo....

Ambos hablamos durante un rato.

- Creo que es casi la madrugada, debería de irme.- Dije levantándome.
- Es temprano, quédese.
- Haga que me quede señor comandante.

Mi comandanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora