18. Todo a su tiempo

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- ¿Qué sucede?
- Pues que me da rabia, me da mucha rabia que ahora me minimices a "Tu Esposa" y que me quites todos los cargos.- Me solté de su agarre de manera brusca.- Antes que tu esposa soy la representante de Marley, no Reiner, no Pieck, yo. Y eso nadie me lo va a quitar. El día que comencemos a tener una familia ya me retiraré, pero por ahora mi puesto sigue siendo el mismo, me niego a quedarme con las esposas amargadas de los altos cargos de los paises, quiero participar en las reuniones. Y si eso significa no identificarme como tu esposa hasta que no nos casemos, que así sea.

Entonces noté sus labios sobre los mios en milisegundos.

- ¿Qué fue eso?
- Me gusta que te pongas así.- Me dijo con ternura.- No me había fijado en ese punto, lo siento amor.
- Gracias por entenderlo.

Esa noche dormimos abrazados, nadie nos interrumpio, y nadie nos molesto. Solo él y yo junto a la tranquilidad de la habitación.

A la mañana siguiente continuamos con nuestro viaje, y después de un par de meses, volvimos a casa.

En ese tiempo habían pasado varias cosas, compramos muchas cosas nuevas y probamos un montón de comida que no habiamos visto nunca. También comenzamos a traer más avances tecnológicos como los coches, entre otras cosas.

Erwin pasó unos día con papeleo en el cuartel, y yo estaba entre el castillo y el cuartel.

Pasaron los día y llegó la boda, y tras la ceremonia, donde vino mucha gente muy importante, mi mudanza a la casa que Erwin había comprado para ambos, en el centro de Sina.

- Espero que te guste la localización, pensé que una casa en el centro te sería muy util, hay muchas tiendas cerca.- Me explicó.- Así yo cuando salga a trabajar también llegaré antes a casa.
- Erwin cariño.- Me acerqué a él.- Podriamos haber seguido viviendo en el cuartel, a mi no me importaba. Nuestras vidas ya no están en juego y tu y yo podemos seguir dedicándonos al ejército si queremos.
- Estaba pensando en retirarme, dejarle el mando a Hange.
- Lo que elijas está bien amor. Yo por otro lado estaba pensando en hacer un viaje a Marley, después de que Gaby y Falco se mudaran con Levi, me pregunto si Pieck y Porco también estarán pensando así.
- Cuando quieras iremos.- Me respondió dándome un beso en la megilla.

El día pasó lentamente, Erwin aun debía acabar con algunos papeles, mientras que yo solo recogía un poco nuestra nueva casa.

La casa era muy bonita, era un piso en uno de los edificios de Sina, cerca de la casa que tenía Erwin antes. Tenía un piano en el salón, 4 dormitorios, 2 baños, y demás cosas básicas que tiene una casa. También habitación para la señora de la limpieza. Era bastante grande.

- Erwin cariño, ha llegado una carta de

Se encontraba mirando por la ventana sin ropa, solamente un pantalón.

- Continua amor.- Me dijo sin mirarme.
- Te queda muy bien el pantalón de pijama.- Le dije mientras me sonrojaba.- Por otro lado la carta es de Pieck, dice que vendrá con Porco la semana que viene.

Él finalmente se sentó en la cama y me acercó a él.

- Entonces no hará falta ir a Marley por lo que veo.
- No me queda familia allí, ya no le veo sentido volver.- Dije cabizbaja.
- Ahora somos tu familia, y dentro de poco tu y yo crearemos una.
- Si, aunque me asusta eso. Solo tengo __ años, a lo mejor podriamos esperar un poco a resolver lo de nuestros trabajos.
- Cuando desees amor.

Erwin y yo aun seguiamos trabajando para la legión, y muchas veces ambos nos quedábamos a dormir en el cuartel por todo el trabajo que teniamos. Al parecer la policía militar no podía hacerse cargo de todo lo que pasaba en la ciudad subterranea, por lo que nosotros debiamos intervenir.

- Sinceramente no entiendo el porque tenemos que ocuparnos de ese trabajo nosotros.- Le reproché al rubio.
- Desde que no hay titanes nuestros cargos han cambiado un poco.- me aclaró.
- ¿Osea que ahora las expediciones son a la ciudad subterranea, de donde era Levi?
- Así es.- Dijo con su típico tono entrando al despacho.- Yo lideraré esta misión.
- Gracias Levi, siempre estará bien tu ayuda.- Le dijo Erwin.
- Yo también voy.- Les dije.
- Es muy peligroso, allí las mujeres sois simples juguetes.
- Si mocosa, cuando pongas un pie allí abajo, 4 hombres te secuestrarán y no te volveremos a ver.
- Esas son las cosas que se le dicen a los niños- Rodé los ojos. - No me vale un no por respuesta, la expedición es mañana ¿No? Pues allí estaré.

Esa noche Erwin se encontraba un tanto serio. Supuse que era por mi capricho de ir a la misión, pero no me podía quedar sin hacer nada en el cuartel.

- Si estás así por lo de mañana, necesito hacer algo más que decirle a la sirvienta la comida de la semana.- Le aclaré besando su nuca.
- Hay papeleo en la oficina.- Me respondió sin quitar ojo del periódico.
- Hange se ocupará de eso, yo estaré a tu lado o al de Levi en todo momento. No me pasará nada. - Le sonreí.
- Cariño.- Me llamó dejando el periódico en la mesita de noche y acostándose para quedar cara a cara conmigo.- Mañana va a ser muy peligroso, allí abajo se trafican muchas mujeres, hay explotación sexual, prostitución, secuestros, torturas. No quiero que te me escapes y te hagan algo.
- Eso no va a pasar tonto. Piensa que estaré siempre a tu lado. Se que estoy segura así.- Le acaricié la megilla.
- Lo se, pero siento que se va a complicar la cosa y no te voy a poder vigilar bien.
- Tengo una idea.

Me miró curioso.

- Mañana nos ataremos una cuerda a las muñecas, solo vamos a patrullar la zona, iremos juntos y si me intentan secuestrar tu lo notarás porque también tiran de tu muñeca, será fácil.- Le sonreí.

O eso creía.

Mi comandanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora