Capitulo XIX

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7 meses más tarde...

Sandor estaba trabajando, ampliando unas de las alas castillo, cuando Sir Gerald llegó hasta él corriendo.

- ¡Ya ha empezado! Sir Sandor... debéis ir a vuestros aposentos... La comadrona está con la Señora y dice que ya vienen.

Sandor dejó rápidamente lo que estaba haciendo mientras recibía los mejores deseos de parte de los castellanos que trabajaban con él. Se encaminó hacia allí, más nervioso de lo que había estado nunca. Cuando llegó a la puerta dos criadas le dijeron que no debía pasar... pero él, no hizo ningún caso. Tendrían que matarle para evitar que estuviese con Sansa en esos momentos.

Abrió la puerta de golpe y vio a la comadrona entre las piernas de su mujer, mientras dos de sus criadas estaban a su lado.

Sansa sudando terriblemente, sonrió.

- Os dije que no se quedaría fuera...

La comadrona, una mujer con unos cuantos años de experiencia y de vida, se volvió y miró a Sandor de arriba abajo.

- Vos mismo...pero por favor no os desmayéis... He visto guerreros muy crueles que no han aguantado un parto... Si os caéis al suelo... yo no pienso acudir a socorreos... Lo dejo a vuestro criterio...

Sandor la miró como si fuese a matarla y fue directamente al lado de Sansa, la besó en la frente y le cogió la mano.

Sansa contrajo el rostro en ese momento y le clavó las uñas.

- Muy bien mi Reina... vamos a por el primero... ya le veo la cabeza...

Sandor miró a la vieja como si viese a un fantasma.

- ¿El primero?

Sansa mordiéndose los labios asintió.

- ¿No lo sabíais?.- preguntó la comadrona divertida.-... Mi Señora estás cosas se dicen..

Sansa con la cabeza echada hacia atrás, rota de dolor y exhausta, sin soltar la mano de su esposo, solo acertó a decir:

- Sandor, son dos... vienen dos... me lo dijo la semana pasada... por eso te dije que iban a venir pronto... ¡Agua!

Una de las criadas vino solicita con un esponja llena de agua que le pasó por los labios.

Sandor respiró rápidamente unas cuantas veces... ¡Dos! ¡A la vez!

- ¡Sandor di algo! .- Sansa gritaba a su lado-... ¡Oh, por todos los dioses!

Esta vez a parte de gritar, chilló... chilló con todos sus fuerzas, mientras Sandor oía como algo húmedo se escurría del cuerpo de Sansa y el estridente llanto de un bebe llenaba toda la habitación.

La comadrona lo recogió, mientras la nueva madre se dejaba caer en los almohadones. Una de las criadas se acercó a Sansa y la secó con una esponja mientras la otra ayuda a la comadrona con el bebe.

- Es un niño precioso...

Sandor paralizado, solo podía ver como la comadrona lo envolvía en una manta fina y se lo daba.

- ¡Cogedlo!.-le ordenó-.  Apartaos de la cama... Mi Señora todavía no ha terminado...

Sandor tuvo que reaccionar para que el niño no cayese al suelo, porque la vieja no esperó a que estuviese preparado. Lo cogió como pudo mirando a todos los lados. Sansa sonrió y le pidió que fuese hacia ella.

Él tenía miedo de moverse... no tenía nada claro que esa cosa tan pequeña que gritaba tanto no se le fuese a caer.

- ¡Venga hombre! Enséñeselo a la Reina...- le ordenó la comadrona, mientras volvía a meter sus manos en la entrañas de Sansa.- El ama de cría llegará en un momento. No estaba en Invernalia, pero ya he enviado a un jinete para que la vaya a buscar...

Heridas (Sansa y Sandor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora