━━ capítulo treinta y siete un nuevo año en hogwarts
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( séptimo año )
Era temprano en la Plataforma Nueve y Tres Cuartos. Ni siquiera había sonado el primer silbato del Expreso de Hogwarts, pero la plataforma ya estaba llena. Entre ellos, Genny estaba tratando de ver por encima de los hombros y las cabezas de padres y estudiantes, buscando a una chica pelirroja que no había visto en meses.
Sus padres estaban preocupados por sus hermanos, porque ahora era su segundo año y estaban creciendo. Genny ya experimentó su gran cantidad de alboroto y efusividad y de '¡Asegúrate de estudiar para tus EXTASIS Genevieve!', Y logró escabullirse con la excusa de... ¡oh, creo que veo a Alice!
Todas las chicas decidieron llegar temprano al andén para ponerse al día y pasar tiempo en el compartimiento antes de que Lily tuviera que desaparecer incluso antes de que el tren comenzara a prepararse para la reunión de los Prefectos, programar rondas y horarios y hacer todo lo que hacen las Premio Anual. James tendría que unirse a ella y ninguno de los dos volvería hasta que terminara la mitad del viaje. Marlene se había puesto histérica ante la idea de que Lily y James fueran Premio Anual juntos, y Sirius bromeaba sobre eso constantemente en cartas, pero Genny en realidad pensaba que eran buenos para eso. Ambos equilibraban al otro, y James era mucho más responsable de lo que solía ser; y maduro. Genny estaba segura de que asumiría el papel con un movimiento de su túnica de Hogwarts.
Pero en lugar de encontrar a Lily, Genny encontró a otra persona que había decidido ponerse el pelo rojo esta fresca mañana. Fue una sorpresa agradable, y no pudo evitar sonreír y acercarse.
—¡West! ¡West...!
No lo ha visto desde que terminó la escuela, ha tenido noticias de él, pero nunca de sus historias en la Orden. Un miembro nuevo y una determinación para luchar, ahora lo mantenía en un aire a su alrededor. De repente, parecía mucho mayor al dirigirse a su hermana pequeña, Daphne, sobre su nuevo año escolar. La hija de muggles de Slytherin suspiró, bastante molesto y Genny rio, divertida.
Pero al escucharla, West miró y vio una sonrisa juvenil que apareció en su rostro. —¡Bueno, hola! —llamó y Genny se acercó. Abrazó a su exnovio que ahora era un muy buen amigo. Definitivamente tenía suerte de tener a West en su vida, porque estaba segura de que si era alguien más, no recibiría a un amigo al final de su relación.
—¡¿Cómo estás?! ¡Hola, Daph! —le dio un abrazo a la niña y se puso rígida, levantando la nariz entre los mechones verdes de cabello recién teñido.
—Estamos bien —dijo West, metiendo las manos en los bolsillos de su túnica de mago. Apagado en comparación con el rojo oscuro y antinatural de su cabello, inclinando el marrón oscuro natural debajo—. Decidí enviar a mi querida hermana para el año escolar...
