Capítulo 24.

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Katherine.

Si necesitaba un motivo para entender que debía vivir y no dejar que la depresión me consuma, sin dudas los latidos del corazón de mi pequeño pum habían cambiado todo.  Por el o ella tengo que cambiar, dejar el sufrimiento, las lágrimas y el egoísmo de lado, ahora no estaba sola porque ese pequeño bebé dependía de mí en su totalidad, si cuidaba de mi salud también le estaría dando el mejor cuidado a mi pequeño pum. Debía empezar a cambiar, por ese pequeño rayito de luz que está por cambiar mi vida por completo.
No esperaba una noticia como estas, pero fue el clip que necesitaba para entender lo valiosa que es la vida cuando menos uno lo espera.

Tengo un motivo para salir adelante y ese es el pequeño pum.

Una sonrisa se forma en mi rostro al apoyar mi mano involuntariamente sobre mi viente, todavía no hay rastros, en algunos meses espero que aparezca para lucir con felicidad mi embarazo.

— Abuelo — escucho que murmura mi papá.

Llevaba varios minutos repitiendo esa palabra, que espero que pronto se acostumbre a que una pequeña personita lo llame de esa forma.

— Vamos a tomar un poco de aire, cariño — dice mamá ayudando a que se levante de ese asiento para sacarlo de la habitación.

Por unos simples segundos me quedo sola, pensando en todo y que no debo bajar los brazos, nunca más porque el pequeño pum depende de mí, seré una gran mamá para él o ella. Ojalá sea un niño, con los ojos azules de su papá, la sonrisa, el cabello rizado como él, mi dios, tendré un hijo de Noah, debo decirle esto.

— Mamita — escucho que dicen mientras abren la puerta de la habitación. Veo asomarse a Inzie que sonrie al verme.

— ¿Lo sabes? — consulto con una gran sonrisa.

— Tía Chloe confío ese secreto desde que llegué a Berlín, solo nosotras dos lo sabíamos y esperábamos a que despierte — me cuenta llegando a donde estoy y sus brazos no tardan nada en abrazarme. — ¿Cómo te sientes? —  pregunta preocupada.

— La verdad un poco rara, mi salud es un desastre, pero el pequeño pum dentro mío....

— ¿Pequeño pum? — inquiere con una gran sonrisa.

— Así le digo — acoto apoyando mi mano en mi vientre.

— Serás una gran mamá y por el pequeño pum debes recuperarte — me pide apoyando su mano sobre la mía.

— Es mi luz de esperanza, después de escuchar su corazón me di cuenta todo lo malo que hice. Tengo bulimia, anorexia y depresión, Inzie, no debo dejar que mi cabeza gane la batalla porque estoy perjudicando a mi bebé — declaro.

— Ninguno vamos  dejar que te rindas, Kate — sentencia mi prima.

— Quiero lograrlo — murmuro.

— No es quiero, lo vas a lograr, por ti, por el pequeño pum y por Noah — dice secando mis tontas lágrimas.

— Gracias por estar aquí — musito al abrazarla.

— Siempre, sabes que te amo, prima — acota besando con fuerza mis mejillas que me hace sonreír.

— La mejor prima — digo riendo.

— Siempre — afirma. — Tengo algo para ti, mejor dicho para el pequeño pum — agrega misteriosa sacando de su cartera una caja rectangular color púrpura con una gran lazo blanco.

— No debias ...

— La tía Inzie lo va a malcriar mucho — asegura apoyando la caja en mis manos.

Locura de Amor (4° SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora