Capítulo 34.

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Katherine.

Una semana después.

Una sonrisa se forma en mi rostro mientras termino de vestir a mi pequeño hijo, solo tenía una semana de vida y es el bebé más bueno del mundo, por ahora logramos que pueda dormir entre tres o cuatro horas de noche, sus abuelos enamorados de su nieto me ayudan cuando siento que no puedo. Pero todo va cambiar hoy, Noah sale de su burbuja de protección y lo pondrán en una habitación, lo que significa que podrá conocer al fin a nuestro Cadin. Él esta ansioso, yo no me quedó atrás, quiero ver a los dos amores de mi vida al fin juntos.

Todavía recuerdo esa mañana que la señora Elizabeth llegó a mi, me abrazo con fuerza y entre lágrimas me contó que él había despertado, que el trasplante dió resultados y que solo estábamos a un paso de que todo se acomode para festejar por completo que la salud de Noah iba a mejor. Usar las células madres, insistir en esa terapia de regeneración y someterlo con los mejores profesionales para que lo salven, fue la mejor decisión, ahora podía tenerlo a mi lado siempre.

No podemos cantar victoria, debemos esperar un año completo para hacerlo, pero este logro no podía no ponernos a todos felices con los primeros resultados del tratamiento.

Tengo que fe que esta vez será la última.

— Hoy conocerás a papá — le hablo a Cadin que me observa con sus impresionantes ojos grises.

Esos ojos que son la perdición de todos.

— Kate — la voz de mi hermano Caleb me saca de mis pensamientos.

— Mira lo hermoso que esta para conocer a su papá — digo con una gran sonrisa.

— Si él es el niño más lindo del mundo — acota Dereck acercándose.

— ¿Quién iba a pensar que seríamos tíos tan jóvenes? — habla Caleb divertido.

— Este enano no tiene idea de cuanto lo ama toda la familia — afirma Dereck orgulloso.

En eso tiene razón esta pequeña cosita nos tiene a todos enamorados.

Mis hermanos me acompañan hasta la nueva habitación que Noah tenía designada, solo él seguía internado por el momento porque tanto nuestro hijo y yo, nos habían dado el alta. En mi caso debía concurrir a terapia una vez por semana para seguir mi tratamiento más ambulatorio.

— ¿Nerviosa? — pregunta la señora Elizabeth al vernos llegar.

— Un poco — reconozco.

— Esto es un momento de solo de ustedes, como familia así que los demás vamos a esperar afuera — me cuenta mirando a su nieto.

— Gracias, Elizabeth — acoto sonriendo.

Es ella la que me abre la puerta de la habitación, no voy a negar que estoy nerviosa y ansiosa por este momento. Al ingresar mis ojos se encuentran con los suyos, provocando una gran sonrisa en su rostro que me hace imitarlo.

— No tienes idea de lo hermosa que te vez cargando a nuestro hijo — dice con seguridad.

— Alguien curioso quiere conocerte — comento cuando me acerco hasta su cama.

Noah se acomoda bien y yo apoyo a nuestro hijo en sus brazos. Ambos se miran, mis lágrimas no tardan en aparecer, observando con felicidad esta hermosa imagen de padre e hijo.

Noah al fin estaba conociendo a Cadin.

Mi corazón parecía que en cualquier momento iba a salir de mi pecho.

— Kate — me llama. — Es hermoso, no puedo creer que nosotros hayamos creado un ser humano perfecto — agrega secando una de sus lágrimas.

— Algo bueno hicimos después de todo — acoto apoyando mi cabeza en su hombro mientras contemplamos a nuestro hijo.

Locura de Amor (4° SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora