Capítulo 30.

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Noah.

Estábamos en la última fase del embarazo, Kate entraba a los nueve meses en unos días y ambos no podemos ocultar nuestros nerviosismo ante la llegada del pequeño pum. No puedo negar que estoy ansioso, pero a la vez cagado hasta las patas de pensar en ese momento que terminará de cambiar mi vida por completo, mi hijo tiene un espíritu guerrero innato, el mismo que tenemos su madre y yo, a pesar que nuestra salud es una mierda, ambos estamos saliendo de todo, sobre todo Kate, está más organizada con el tema de las comidas, no ha tenido ninguna recaída por su anorexia o bulimia y su estado de ánimo es otro, la depresión poco a poco se estaba yendo lejos de ella.

Estoy orgulloso de mi chica.

Ella es toda una guerrera como nuestro hijo.

Mi salud se encontraba en una especie de fase de calma, el cáncer no había desaparecido por completo, pero tampoco daba problemas solo faltaba encontrar el perfecto donador de médula para poder dar, si tengo suerte, finalizado mi leucemia por un largo tiempo. Kate quería que las células madres del cordón umbilical de nuestro hijo sea lo que usen para una terapia de regeneración, pero no estaba de acuerdo con eso, quiero que ella guarde las células para si algo le sucede a pum en un futuro. Me aterra que herede leucemia como tuve desde pequeño y la sigo padeciendo ahora de adulto.

Eso del cáncer a veces me deja sin sueño, no quiero que mi hijo pase algo como esto.

— Me gusta Kenneth — dice Kate a mi lado.

— ¿Qué significa? — consulto recostandome a su lado.

Nuestra relación había mejorado o avanzado por así decirlo, teníamos días donde nos pasamos en la cama abrazados y otros donde ella no me quería ni cerca suyo. Como siempre digo tenemos días buenos y malos, es una lucha constante.

— Hombre atractivo — responde haciendo que frunza el ceño.

— No — sentencio con seguridad.

— Todos los nombres que elijo no te gustan — bufa molesta. — Dime una sugerencia — agrega.

— Valentino — acoto sonriendo.

— ¿Qué significa? — quiere saber.

— El que posee fortaleza, es un nombre perfecto para nuestro hijo — le cuento.

— No me gusta — responde comportándose como una niña caprichosa.

Ruedo los ojos y me levanto de la cama, cuando está de esta forma tiene la capacidad de sacarme de quicio con rapidez, no quiero ser brusco con ella así que por eso me alejo al sillón que tenemos cerca de la ventana y retomo el libro que estaba leyendo sobre la llegada del bebé.

No quiero pelear, basta de cosas infantiles.

Hace unos días atrás, mi padre, me había dado un sabio consejo y vaya que tiene razón, nunca hay que hacerle la contra a una mujer embarazada porque todo puede terminar en una gran pelea.

Gracias papá por tu sabio consejo.

— Hola — dicen asomándose Sasha en la puerta.

— Bastardo — murmuro levantándome para acercarme a él y abrazarlo. — ¿Cómo estás? Llevo llamándote hace días y no te gastas en atenderme — reprocho.

— Necesitaba tiempo para asimilar todo, ya sabes — suspira acomodándose su cabello.

— ¿Mi prima no vino contigo?  — le pregunta Kate.

— No, esta en la universidad rindiendo exámenes — contesta sonriendo.

La verdad a veces no entiendo la relación de Sasha con Mackenzie, sin importar la distancia que los separa y los tiempos de cada uno, ambos buscan estar juntos, pequeños momentos que ellos lo llaman mágicos. Además debo agradecer a mi prima que sea su soporte, más después de que la verdad salió a luz y explotó delante de mi amigo sin esperarlo.

Locura de Amor (4° SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora