Capítulo 26.

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Katherine.

Buscaba valor mientras miraba ese número en pantalla, llevaba más de una hora pensando como hablar con él y contarle lo que estaba sucediendo. Que necesitaba que este aquí con nosotros, que su hijo crecia en mi vientre dándome fuerzas para seguir adelante y quería que sienta lo mismo. Se que ambos estamos perdidos, nos dejamos vencer por todo, pero ahora existía un gran motivo que nos cambia la vida a los dos, tenemos que ser mejores seres humanos para nuestro pequeño pum.
Ni siquiera nació y ya había cambiado mis ideas de la cabeza, no estaba triste sino que más bien  preocupada a lo que significaba tener que enfrentar a Noah con esto.

Se lo debo decir, es su hijo. Si no quiere ser parte de esto no importaría, porque sola podré con mi hijo.

Mi vida es mi pequeño pum.

Por décima vez mire ese número, tome aire y apreté para llamarlo, es ahora. Mordí mi labio inferior, nerviosa, mientras escuchaba como llamaba. La primera vez fue directo al buzón de llamada, la segunda vez cortaron y la tercera vez atendió una voz femenina que impidió que pueda decir algo porque me vi obligada a cortar, sintiendo un gran dolor en mi pecho.

— Basta por hoy, Kate — murmura mi mamá tomando el teléfono.

— Quería hablar con él y me atendió una mujer — le cuento sintiendo una fuerte opresión en mi pecho.

— ¿Qué dijimos? — me recuerda con una mirada de puro reproche.

— Debo ser fuerte por el pequeño pum — digo secando una tonta lágrima que se cae por mi cara.

— Duele, lo sé. Hoy no se pudo, mañana volverás a intentar. Pase lo que pase, duela como duela, Noah tiene que saber que será padre — ella acaricia mi mejilla. — Si no quiere ser parte de esto, él se lo pierde — agrega dejando un beso en mi frente.

Escuchamos voces del otro lado, por el tono de voz sabia que era la voz de mi padre y al parecer discutía con alguien.

— ¿Qué sucede mamá? — consulto preocupada.

— Déjame ver, no te muevas de la cama — declara frunciendo su ceño.

Asiento a sus palabras y miro con preocupación cuando ella sale. Escucho que hablan, no se que sucede, hasta que la puerta de mi habitación se abrió, frunci mi ceño al no ver entrar nadie hasta que un cuerpo se asomo y luego reconocí a la persona que estaba parada. Su pelo estaba más corto de lo que recordaba, sus preciosos ojos azules estaban ocultos por grandes ojeras, su piel estaba más pálida y hasta que lo observé por completo noté la cantidad de peso que había perdido.

— No estoy aquí para ser tu enemigo — dice provocando que lleve mi mano a la boca sorprendida.

Quiero salir de la cama, para correr a sus brazos, solo que no puedo porque me siento tan débil y él se da cuenta de ello.

— Noah — musito.

— No te muevas — me pide entrando a la habitación.

Siento mis ojos humedecer y estiro mis brazos. Él caminando despacio se acerca a donde estoy y ninguno de los dos se contiene que terminamos abrazandonos con fuerza.

— Noah — repito su nombre escondiendo mi cara en su cuello.

— Estás puro hueso, debes empezar a comer mejor y dejar de preocuparte por todo — dice suspirando y pasando mi mano por mi espalda.

— ¿Cómo estás? — pregunto al separarnos.

— ¿Cómo estás tú? — contra pregunta.

— Noah — hago un silencio mirando sus ojos azules. — Yo ...

Locura de Amor (4° SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora