La noche y la hora de dormir habían llegado, Harry no sabía cómo había llegado hasta ese punto sin haber tenido tanto contacto con el rubio, pero ahí estaba en el piso en su saco de dormir más sin embargo no podía dormir.
No tenía conocimiento de la hora que era, considerando que no tenía su celular cerca para poder verla. Suspiró al sentirse agobiado, el pequeño beso que Malfoy le había dado no dejaba de rondar por su cabeza, haciendo que su estómago diera vueltas y vueltas.
Una vez más la sensación de ese beso y el contacto que había tenido con el rubio llegó a su mente, sintió su cara llena de calor al verse envuelto en esos pensamientos de nuevo.
«Por Dios Harry controlate, no es como si nunca antes hubieras dado un beso» pensó.
Estresado por no poder conciliar el sueño, abrió el saco y salió de el dejándolo ahí, miró hacia atrás suyo para mirar al rubio quien yacía dormido muy tranquilo en su cama, volteó los ojos y caminó hasta su computadora. Tenía el dilema de si practicar un poco la materia que no entendía o jugar, bueno ese dilema no tardó mucho, rápidamente fue a la computadora, la encendió y buscó en los cajones del escritorio sus audífonos.
Cuando tuvo aprueba de sonidos que fueran a delatarlo, miró la hora que indicaba la computadora, 11:10 p.m.
—Casi llega la hora de pedir deseos —murmuró entrando al juego y riendo de la tontería que acababa de decir.
Estuvo en el menú del juego un rato y luego empezó una partida, sabia que eso le causaría estrés, pero al menos iba a olvidar por un momento ese beso.
Comenzó el juego, se concentró bien en los movimientos que hacía y por donde iba, aunque estaba jugando solo por distracción se lo tomaba muy enserio.
Presionaba las teclas agresivamente causando bastante ruido por la habitación, pero a ese punto poco le importaba necesitaba destruir lo que le faltaba para ganar, el tiempo se le estaba llendo ¿Porqué siempre terminaba en esa situación?
—Vamos vamos —murmuró—. Dale con todo lo que tengas imbécil, si no ¿De qué sirve?
El tiempo acabó, pero para suerte de Harry y su equipo ganaron la partida. Harry celebró en silencio, aunque antes estuviera haciendo mucho ruido, no podía arriesgarse a hacer más y despertar a sus padres.
—Bien hecho Potter, pensé que sólo perdías —susurraron atrás suyo.
Harry se quedó quieto mirando la pantalla de su monitor, empezó a sentir como su estómago se revolvía de los nervios ¿En qué momento se había despertado e ido hasta él? Es más ¿hace cuánto que estaba ahí?
—¿Qué? ¿Ya no hablas Potter?
—¿Quieres hacer silencio? Mis padres están en la habitación de enfrente —susurró Harry molesto.
—Ya van a ser las 12 Potter, dudo que estén despiertos a este punto.
—Claro, no es a ti a quien van a regañar si encuentran despierto a esta hora.
—Pueden echarme la culpa porque estés despierto.
Harry rodó los ojos y volvió a la computadora.
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Pulguita
Hayran KurguHarry era un chico pequeño y flacucho que siempre soñó con el día en que se hiciera tan grande y fuerte como su padre, sin embargo la vida parecía tener otros planes y debido a una enfermedad hormonal no pudo crecer con normalidad Para fortuna de s...