Thirteen

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Habían pasado unos días desde aquella reunión y ahora me encontraba con Mitsuya en el supermercado

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Habían pasado unos días desde aquella reunión y ahora me encontraba con Mitsuya en el supermercado. El chico me había pasado a buscar a la academia de maquillaje y juntos pasamos a comprar cosas que él necesitaba para su casa, así que yo también aproveché de comprar algo.

-Hana.

-¿Uh?

-¿Qué opinas de todo esto? Me refiero, a lo que hizo Moebius con aquella chica.

-Tengo ganas de cortarles los huevos a cada uno de ellos. -lo miré junto a una sonrisa de inocencia.

-Comparto tu opinión. -comenzó a mover el carrito, con sus antebrazos apoyados en el mango-. El que ya hayan tocado a una mujer hace arder a toda Tōman.

-Ajá. -tomé una caja de cereales y la eché al carro-. Por si tu siguiente pregunta es sobre involucrarme en esa pelea -le eché un rápido vistazo y él parpadeó-, no lo haré. Mikey y Draken seguramente me lo prohibirían. Tampoco tengo intenciones de involucrarme. Sin embargo... hay algo que me está abrumando desde hace días, Mitsuya.

-Puedo notarlo. En las llamadas que hacemos en las noches me contabas que no estabas durmiendo bien. -me miró preocupado-. Y cada día te noto más apagada.

-Es la misma pesadilla todos los días, Mitsuya. -miré mis manos, imaginándome la sangre en ellas.

-¿Por qué no me dices cuál es?

-No, no quiero. Seré terca, pero no quiero decirle a nadie. -nos acercamos a la cajera y pagamos nuestras respectivas cosas-. Tengo que descubrir algo después del festival. -tomé mis bolsas y comenzamos a caminar.

El centro de Shibuya estaba como siempre ajetreado. Me gustaba caminar mucho, más si tenía buena compañía al lado. No me importaba si hablaba o no, con saber que tenía a alguien a mi lado me agradaba y me hacía saber que no estaba sola. Claramente habían veces en las que caminaba sola porque necesitaba darme ese tiempo para mí, y era genial, porque descubría cosas de mí que yo no tenía ni idea que existían.

-Así que mañana quieres que cuide a tu hermanitas.

-Por favor.

-Claro, veremos qué hacer.

-Con tu simple presencia ellas se emocionan. -sonrió.

-Eso es tierno. De verdad que las quiero mucho. Son las primeras niñas que se ganaron mi corazón. Ah, y Mikey, tiene catorce, pero parece de ocho.

Mitsuya rió-. Sí, a veces se comporta como un niño.

Sonreí. Me detuve enfrente del burdel y solté un suspiro. Lo miré fijamente a los ojos, admirando su color. Encontraba que era tan bello. Me lo comería a besos, pero no somos nada y no era una lanzada tampoco. Yo era más a la antigua, me gustaba tener una relación estable y no algo a lo loco.

Bumblebee || Mitsuya TakashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora