Seventeen

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Takemicchi se separó hace un buen rato de mí, pues yo había estado intentando contactar con Mikey desde hace unos minutos, pero no había caso, arrojaba a buzón de voz y yo acabé con mis minutos

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Takemicchi se separó hace un buen rato de mí, pues yo había estado intentando contactar con Mikey desde hace unos minutos, pero no había caso, arrojaba a buzón de voz y yo acabé con mis minutos. Tuve que volver al festival, pero como era de esperarse, por la lluvia ya no había nadie, solamente las personas de las tiendas sacando sus cosas para irse.

Estaba ansiosa, no iba a mentir, pues ahora no tenía a nadie con quién comunicarme y tampoco sabía en dónde iba a ser la pelea contra Moebius. Ya había pasado varios minutos vagando y me estaba comenzando a desesperar. Pasé a recargar mi celular, pero la pesadilla llegó a mi cabeza, como si de un video en reproducción se tratase. Me quejé ante el dolor de cabeza que estaba comenzando a sentir.

-¿Señorita, está bien? ¿Hará la recarga?

-No, lo siento.

Salí casi volando de la tienda al ver con claridad el estacionamiento en donde se iba a realizar la pelea contra Moebius. La lluvia me molestaba la visión de vez en cuando y mi cabello se apegaba a mi rostro haciéndolo más que fastidioso. Mi respiración se hacía cada vez más pesada por estar tomando aire de manera incorrecta, provocando que mis pulmones dolieran un poco.

Cuando llegué a los estacionamientos me sorprendí al ver a tanta gente peleando entre sí. No sabría decir con exactitud cuánta masa había, pero era demasiada. Encontré a Baji saltando desde un auto a unos tipos, a Chifuyu golpeando a otros, a Mucho haciendo girar a otro, a Smiley repartiendo golpes con una gran sonrisa, a Sanzu también, siempre tras de Mucho. Y hasta Angry estaba por ahí.

-¡¡Draken-kun!! -gritó Takemicchi de repente sonó por todos los gritos de los demás.

En ese momento sentí que mi respiración se cortó cuando vi a Ken en el suelo, sobre un charco de su propia sangre. Corrí en dirección hacia él, empujando a algunos de Moebius que se interponían en mi camino. Mi labio inferior temblaba y caí de rodillas, llevando mis manos a mi camiseta y rompiendo la parte de abajo para pasarla por el abdomen de Ken y detener un poco más el sangrado, pero la sangre seguía saliendo a goterones.

-¡Draken-kun! -seguía gritando Takemicchi-. ¡Hana-chan, lo siento tanto!

-¡Hanabi! -levanté mi mirada a Mikey, pero la bajé rápidamente.

Mis manos estaban completamente manchadas de sangre. Podía escuchar mi propia respiración mientras intentaba, sin resultados, detener el sangrado del cuerpo de mi hermano. Mikey me gritaba, pero no podía oír nada, tampoco ver. Las lágrimas y la lluvia me provocaba nublar mi vista. ¿Por qué decidieron pelear contra Moebius sabiendo lo difícil que iba a ser?

Me puse de pie, esperando que quizás estaba durmiendo, pero era la realidad. Mi pesadilla era real.

-¡¿Takemicchi, qué pasó?!

-¡Draken-kun fue apuñalado!

Mis lágrimas volvieron a caer, pero rápidamente me volteé a Takemicchi. Emma estaba destrozada, pero no tenía tiempo para consolarla.

-¡Llama a la ambulancia, ahora! -le grité y ella asintió.

Mi cuerpo entero temblaba, e intenté ignorarlo, pero me era imposible. Si Ken moría aquí y ahora, sería como si otra parte de mi alma se haya arrancado a la fuerza.

-Vamos, lo llevaremos juntos.

-¡Hana-chan! -gritó entre llantos.

-¡Takemicchi, levántate y comencemos a caminar! ¡Debemos sacarlo de aquí! -grité.

Me puse en cuclillas y lo tomé de un brazo esperando a Takemicchi para que lo tomara del otro. Me impulsé un poco para que su cuerpo se acomodara de mejor manera entre nuestros cuerpos. Mi corazón latía con fuerzas y las lágrimas nublaban mi vista. Mi hermano pesaba demasiado, pero creo que mi tamaño igual ayudaba a Takemicchi a no llevarse toda la carga él solo, después de todo era más alta que él.

Pero mis pasos se sentían tan pesados.

Ken escupió sangre, alertándome un poco.

-Hey, Kenny. Todavía tienes que verme cumplir mis sueños y yo los tuyos. Así que, no te duermas todavía, ¿Bueno? -mi voz tembló.

Nos detuvimos en plena calle, mi cuerpo entero se sentía cansado. Hina y Emma llegaron preguntando por su estado, así que se tranquilizaron un poco cuando Takemicchi les dijo que "aún está vivo". Me senté en la vereda, llevando mis manos a mi mojado cabello e intentando mantener mi mente despejada. La pesadilla que tanto me estaba atormentando era real, era una visión de lo que iba a pasar en un futuro pero, ¿Cómo? ¿Desde cuándo podía yo ver esas cosas?

Estaba segura que desde que le di la mano a Takemicchi, algo pasó, pero tampoco quería especular nada y me tocaba ser paciente y enfocarme en que Kenchin viviera. Esa era mi prioridad ahora.

-Hana-chan, estamos en problemas.

Levanté la mirada para encontrarme con el grupo de Kiyosama, quienes habían organizado toda esta mierda para matar a Draken.

-Takemicchi -miré a Ken, quien había comenzado a hablar. Rápidamente me acerqué a él para sujetarlo por su espalda y no hiciera nada de fuerza-, gracias. Toma a Hina, Emma-chan y a Hana y lárguense de aquí. Estoy bien.

-¡¿Qué dices?! -le regañé-. Te acaban de apuñalar y dices que estás bien. -solté una risa llena de sarcasmo-. ¡Una mierda!

-Hana, eres tan ruidosa. -rió un poco, pero enseguida tosió sangre.

El grito de Takemicchi me sacó de mi burbuja. Miré a Emma, quien seguía preocupada por mi hermano. Me quité la camiseta y se la pasé, ella me miró sorprendida.

-Ponle eso alrededor de su cintura. La sangre seguirá saliendo, pero si le pones más cosas la vamos a retener. Es la idea. -fui apresurada al hablar, así que esperaba a que entendiera todo-. Voy a pelear.

-¿Qué? Ni de bromas, Hana. Te quedas aquí. -mi hermano fue autoritario-. Y apostaremos por Takemicchi. Así que, ¡Apuesto 100.000.000!

-¿Qué? -Takemicchi se giró a nosotros.

-Estaba bromeando, como sea.

-¡Yo también!

-¡Y yo!

-Bueno, entonces no me queda de otra que apostar también por Takemicchi. ¡Eres un hijo de puta, Kiyomasa! -grité.

-¡Te debí de haber matado en el templo, perra!

Lo ignoré y miré a Kenchin.

-Volveré, así que Emma, te lo dejo encargado.

-¡Por supuesto!

Corrí hacia los estacionamientos, la pelea seguía dándose, pero ahora habían muchos de Moebius en el suelo. Pasé de Sano, quien estaba con ese tipo alto y me acerqué a los otros capitanes de las divisiones, pero no era capaz de dar otro paso más. Sentía mi cuerpo tan pesado y mis ojos dolían de tanto llorar.

-Te tengo. -escuché a Mitsuya cuando me atrapó en el vuelo. Casi me desmayo.

-Mitsuya... Tengo tanto miedo. Y-yo... -sollocé-. No quiero que Ken muera. -casi grité. Takashi me abrazó con más fuerzas.

-Vamos, te llevaré al hospital. -me pasó la chaqueta que estaba llevando, así que se lo agradecí.

Ni siquiera sé cómo había logrado subir a la parte trasera de su moto y no haberme caído ante la velocidad con la que estaba andando. Yo solamente le pedí a Dios que mi hermanito siguiera con vida a estas alturas.

Bumblebee || Mitsuya TakashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora