Thirty-one

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No entendía absolutamente de lo que estaba pasando

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No entendía absolutamente de lo que estaba pasando. Takemicchi compartió una mirada conmigo, pero yo solo alcé mis hombros en señal de rendición: Las cosas no estaban saliendo como esperábamos y eso resultaba frustrante. Sabía que no podía permitirme el pasar por todo este tumulto de gente que ha comenzado a vitorear desde que Kisaki cayó en el techo de un auto debido a la paliza que Baji acababa de propinarle.

Me ponía los nervios de punta ese tipejo de Baji.

-¡Vinimos hasta aquí para traerte de vuelta! -gritó Mitsuya haciéndome sacar de mis pensamientos. Baji los miraba como si valieran mierda. Me estaba comenzando a cabrear esa actitud suya de "todos me dan lo mismo".

Sin embargo, apareció un tipo que tomó a Baji de la chaqueta de Valhalla y lo tiró abajo, se intercambiaron unas cuantas palabras que, por la tensión del momento no escuché, sin embargo, todas mis alarmas se activaron cuando Chifuyu se plantó de frente a Keisuke. Se me apretó el pecho, algo me decía que este momento era crucial. Abriéndome paso entre las personas, logré llegar antes de que a Baji se le ocurriera pegarle con ese fierro que llevaba en una de sus manos. 

-¡¿Eres tonto o qué?!

-Quítate de mi camino, Hanabi.

-¡No! -grité-. Te dije que no vinieras, es peligroso. ¿Puedes rendirte de una maldita vez e irte de aquí antes de que te esté sosteniendo entre mis brazos con las manos llenas de sangre?

-¿Otra vez con esas tonteras de que moriré? Lo que tú necesitas, Hana, es un buen psicólogo y listo. -sus ojos se volvieron sombríos-. La única forma que ustedes tienen para detenerme, es matándome. 

Tragué saliva y Chifuyu a mi lado comenzó a llorar sabiendo que nunca sería capaz de golpear a su capitán. Me lancé a abrazarlo.

-¡Ayúdenme a detenerlo, Chifuyu, Takemicchi! 

Mis amigos no tardaron en detener a Baji, quien con todas sus fuerzas estaba intentando zafarse de nuestro agarre, pero sentía que algo más se me estaba escapando que este muchacho. Sin embargo, cuando estuve apunto de darme la vuelta, sentí un corte punzante en mi lado izquierdo y todo forcejeo se detuvo. No estaba segura de lo que estaba pasando, pero me dolía como la mierda. Quise voltear, pero alguien me provocó otro corte en la zona de mi ojo. Solo podía escuchar los gritos de Baji peleándose con Kisaki.

-¡HANABI!

Tosí sangre y me fui de boca al suelo, alcancé a sujetarme con la mano libre, ya que con la otra solo había atinado a sostener la sangre que, inútilmente, pasaba entre mis dedos. La pelea había dado un vuelvo enorme, ahora todos estaban vueltos locos peleando e incluso había escuchado que intentaban detener a Mikey por golpear a Kazutora, quien no dejaba de pedir perdón por el error que acababa de cometer. No obstante, la "diversión" había llegado a su fin, ya que el sonido de la ambulancia era lo único que podía escuchar. No podía morir, no ahora, pero al menos me alegraba que Keisuke estuviese fuera de peligro.

-Hey, Hana. -alcé la mirada, pero solo podía mirar con un solo ojos como Mitsuya se intentaba aguantar las lágrimas para poder darme la tranquilidad-. Todo estará bien, ¿si?

Yo asentí. 

Los paramédicos no tardaron en llevarme en una camilla a urgencias. Ahora había comenzando a llorar más de lo he llorado en toda mi vida. Me ardía y dolía el cuerpo como la mierda, pero al menos no corría riesgo de muerte. Pasaron un par de horas donde por fin había dejado de sangrar y me parecía frustrante poder ver solo con un ojo, ya que el otro era tapado por un parche. Que asco, ahora me vería horrible con una marca rojísima en mi cara. Pero si lo pensaba bien, ¡a la mierda! Me vería demasiado peligrosa y nadie querría acercarse a mí. Punto a favor. Me trajeron un poco de comida y de verdad que lo agradecía porque me moría de hambre.

Comencé a tener un montón de dudas, ya que no sabía cómo iba a ser el futuro de ahora en adelante, pero de verdad esperaba no tener más muertes, este temita de ser medio vidente me estaba cansando más de lo que me gustaría admitir.

Los chicos no tardaron en llegar, de hecho me provocaron una risa floja cuando me contaron que Manjiro se había peleado con las enfermeras porque no los dejaban verme. Tuve que explicarles que me hicieron una pequeña cirugía para cerrar la herida y curar mi ojo, por eso no habían podido verme por al menos unas cuatro horas. Me fijé en Mitsuya, quien no me había hablado en todo este rato. Lo conocía lo suficiente como darme cuenta que estaba teniendo mucha pena y se la estaba conteniendo.

-¿Me pueden dejar a solas con Mitsuya?

-Ni en tus sueños. -me regañó Mikey. Quería decir algo más, pero Draken y Takemicchi lo sacaron a rastras de aquí.

Intenté sentarme, pero Mitsuya rápidamente me ayudó poniendo dos almohadas en mi espalda y cabeza para quedar más sentada. Jugué con mis dedos nerviosa.

-Yo... ¿Dónde está Baji?

-No lo hemos visto desde que terminó la pelea, pero tranquila -me afirmó, agarrando una de mis manos- sé que no le pasó nada, fuiste tú la que cargaste con todo.

-Me alivia saber que pude evitar alguna muerte. -sonreí, sintiendo mis ojos llenarse de lágrimas. Mi intención era seguir hablando, pero los sollozos de Takashi me dejaron boquiabierta. Lo miré, sus lágrimas caían cual cascada. 

-Pasé el peor susto de mi vida. -susurraba, mientras que, en un intento, secaba las lágrimas de sus mejillas-. Verte ahí, escupiendo sangre, pensé que morirías y si eso pasaba...

-Hey -tomé una de sus manos y le di un leve apretón-, estoy aquí. Ya no me pasó nada. Las cosas al final terminaron bien, aunque con un resultado un poco inesperado. Gracias al cielo no tengo nada más que dos heridas que acabarán en cicatrices y ya.

-Es que Hana, ¡eres todo para mí! Te quiero tanto que no te lo imaginas. -acunó mi rostro entre sus manos: Estaban cálidas-. Mi vida solo se basaba en cuidar a mis hermanas, asistir a clases y ser parte de Toman. Tú ya me importabas demasiado, pero al ver que los sentimientos que tengo hacia ti eran mutuos, todo cambió radicalmente y me comenzaste a importar con muchas más fuerzas que antes. Si tú morías en ese basural, era capaz de morir por ti. Ya nada hubiese tenido sentido.

-Mitsuya... -no dije nada más y lo atraje hacia mí para darle un beso que me estaba aguantando. Dios mío, sus labios eran demasiado exquisitos y suaves. Él me acariciaba el cabello, pero se tuvo que separar porque seguía llorando-. Eres todo un bebé llorón.

-Ya.. -sus mejillas se pusieron rojas. 

Conversamos un poco más y me hizo compañía hasta que tuvo que irse. Escuchaba a Mikey quejándose nuevamente de que me quería ver antes de que lo echaran, pero solo vi como movía su mano frenéticamente hacia mí hasta que ya no escuché su voz chillona. Suspiré y me reí a carcajadas para luego mirar al techo y alzar una mano hecha puño al aire.

-Lo estamos haciendo bien, Takemicchi.

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Holaaaa, andaba de desaparecida por bastante tiempo, pero por fin volví. Ojalá disfruten este capítulo. Nos leemos, besitos.


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⏰ Última actualización: Feb 03 ⏰

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Bumblebee || Mitsuya TakashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora