「⸙D é c i m o.」

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La espalda del alfa estaba mejor ya luego de dos días, su celo, acabó por fortuna y aquel esfuerzo no le permitió sanar su cuerpo con la rapidez acostumbrada. El amo de la casa le dio una corta felicitación por su primera victoria, claro que eso no quitó la advertencia que le dio para sus siguientes peleas. Namjoon le ayudó a cubrir sus heridas con vendas, igual que Seokjin, y felizmente por ello no se infectó las heridas. Cuando logró regresar al campo de entrenamiento, muy pocas veces, efímeras, se encontraba con Jungkook. En realidad, no tuvieron la ocasión para volver a hablar, y eso hacía más tensa la situación.

—Jin dijo que estaba bien, su cuerpo sanó rápido.

Pero, ¿y si el omega aún le tenía miedo?

Jimin no podría culparlo, él mismo temía de su salvaje naturaleza. El pobre omega seguramente estaría aterrorizado de acercársele, y eso le mataba, poco a poco como un veneno en la sangre.

—Supe que arruinaste cualuier intento de relación con Jungkook —se burló Mingyu, el alfa estaba entrenando cerca de ellos y escuchaba con gran atención la tragedia de Jimin.

—No es tu asunto, ¿o sí?

—Es mi asunto si tiene que ver con Jungkook —el hombre sonrió socarronamente—. Además, ahora que él no desea saber cosa alguna de ti, supongo que bien puedo consolarlo, ¿no crees?

Y el infame alfa media sangre señalaba implícitamente una obscena situación. A Jimin se le revolvió el estómago al escucharlo, aunque no por ello creía que Jungkook fuese a dejar que situación semejante se llevara a cabo. Confiaba en su omega, aún si el pequeño no podía con fiar en él. Le molestaba, por supuesto, cuan descarado podía ser el otro aún sabiendo que Jungkook y Jimin eran destinados.

—Puedes hacer lo que gustes —masculló el pura sangre—. Al fin y al cabo, no creo que Jungkook te permita acercarte como quieres.

—¿Por qué no?

—Porque para Jungkook eres su amigo, nada más.

Mingyu gruñó molesto y con el orgullo herido regresó a su zona de entrenamiento bajo la mirada de Jimin.

—Supe que el amo te visitó por el problema con la señora.

—Hace una noche, sí. Estuvo muy interesado en saber porqué me castigaron.

—¿Y qué le dijiste?

—No mucho, en realidad la señora se encargó de contarle su versión de los hechos.

—¿Le dijo que quiso intimar contigo?

—De ser el caso, quien estaría en la calle sería ella. El amo me acusó de querer... propasarme con su esposa, aunque no parecía muy consternado por ello y que por tanto no me mandó golpear otra vez. Supongo que mi victoria en la arena sirvió como menguante.

—¿Te ha mencionado tu siguiente pelea?

—Dijo que quería subir mi nivel. Pelearé dentro de unas semanas con en Roma, contra uno de los gladiadores del hijo del Emperador.

Namjoon muy pocas veces se involucraba en peleas que se llevasen a cabo directamente en la arena de Roma, posiblemente haya peleado ahí tres veces, dos de ellas las ganó, y la tercera recibió una buena herida en el vientre. El amo de la casa, entonces, notó que el alfa no quería pelear ni tenía gran habilidad al hacerlo. Por supuesto, el hombre estuvo furioso al saber que el alfa era prácticamente inútil para sus propósitos, mas lo conservaba porque en una arena más pequeña le daba buenas ganancias que compensaban su disgusto.

—Pues que la suerte te acompañe.

Dicha pelea no le importaba mucho en realidad, se sentía más preocupado por su pequeño omega de pelar y morir en el coliseo. Sus ojos volvieron a buscarlo por los pasillos, ansioso por verlo de nuevo, mas no encontró nada. Aunque la decepción lo abrazó, un aroma peculiar llamó a su olfato y con la mirada buscó de donde provenía. Ese aroma era el de Jungkook. Y cuando halló de donde venía, divisó un pequeño lobo tras los matorrales cerca de los límites de el campo. Reconoció al omega, ese lobo tan bonito jamás podría confundirlo con nadie.

Amor en la arena de Roma (Jikook)[Adap.]|Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora