¿Qué más queda esperar?

Capitulo 11

Eran las 7:30 de la mañana como de costumbre en todos mis días de diario. Era mi segundo día de instituto y estaba muy nerviosa porque no sabía cómo reaccionar y no sabía qué hacer cuando llegara y viera a Connor. Fui al baño como de costumbre para lavarme la cara y vestirme, me puse unos leggins negros con una chaqueta azul porque tenía educación física.

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Acababa de desayunar cuando cogí mi mochila y me dispuse a salir por la puerta para irme a clase, hoy me tocaba irme andando porque mi madre y Hugo tenían que ir a no sé qué rollo, total que me tocaba irme sola y andando al instituto cosa que no había hecho nunca puesto que era mi segundo día de clase y el primero me llevo mi madre, esperaba acordarme del camino al instituto y no perderme, porque si llegaba tarde a clase ya era demasiado decir que llegabas tarde como para decir que te habías perdido.

Salí de casa con mis cascos y mi música puestos, era perfecto ir sola por la calle con la música a todo volumen y nadie molestándote, he de decir que cuando me pongo música y voy sola por la calle, me subo el volumen a tope, para no escuchar ruidos ajenos a esta, pero esto claramente tenía una cosa mala, había veces que sin acordarme que iba por la calle y qué seguramente habría gente mirando… me ponía a bailar y a cantar, la verdad es que cada vez “controlaba” mejor lo de cantar pero… el bailar no podía controlarlo era espontaneo, mi cuerpo cobraba vida propia y se ponía a danzar, dar saltos, hacer movimientos con las manos… era vergonzoso cuando te dabas cuenta de que la gente se te quedaba mirando. Acababa de acabar la primera canción y de repente me agarro alguien por detrás, me asuste muchísimo, pegue un salto, grite y fui a pegar a quien fuera que me acababa de agarrar, cuando me di la vuelta para pegarle y mi sorpresa fue ver a Connor agarrándome los brazos para que no le pegara y riéndose de mí seguramente, le vi y de repente empecé a sentir un calor sofocante por la cara, sabía que me estaba poniendo roja, roja no, rojísima, era tan guapo… y me estaba tocando y esa sonrisa que tenía…

Connor al ver que me quede como paralizada me zarandeo y empezó a preguntarme si estaba bien a lo que le respondí que sí y empezamos a hablar de camino al instituto.

-          Aci: Por cierto… de dónde has salido así tan de repente?

-          Connor: Acababa de salir de casa cuando te he visto y he venido corriendo porque sabía que eras tú. – Dijo guiñándome un ojo cosa que no entendía por qué me volvía tan loca.

-          Aci: y cómo has sabido que era yo?

-          Connor: fácil, esos movimientos no eran normales de una persona normal Aci.- Me dijo entre risas y tocándome la mejilla izquierda mientras empezó a correr, cosa que no entendí.

-          Aci: Connooooooooor!!!!! Qué pasa???? .- Dije gritándole mientras corría detrás de él sin llegar a alcanzarle porque corria muchísimo e intentaba asimilar lo que acababa de pasar.

-          Connor: Corre si no quieres llegar tarde a clase, no llegamos a tiempo jajajajaja

-          Aci: ya estoy corriendo pero no corro tanto como tú.

De repente el paró en seco y yo sin poder reaccionar mientras seguía corriendo, me choqué con él que estaba mirándome y me cogió. Me empecé a reír muchísimo sin darme cuenta supongo que sería la vergüenza y de repente me echó un poco para atrás y me cogió a “borriquito” y empezó a correr cargando conmigo y llevando delante su mochila, yo empecé a decirle que me bajara que me daba vergüenza, pero  me bajo cuando llegamos al instituto y ya no había nadie fuera, llegábamos tarde seguro. Entramos en el instituto y fuimos a clase, entramos y nos regañaron pero nos dio igual, yo tenía una adrenalina en el cuerpo que no podía con ella  y Connor se estaba riendo como si no hubiera mañana, el profesor nos miraba con una cara de asesino que no os podréis imaginar.

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Terminaron las clases y como al parecer Connor y yo vivíamos muy cerca, nos fuimos juntos. De camino a casa, quedamos para el día siguiente ir juntos al instituto, pero quedamos antes porque si no, llegaríamos tarde, quedamos a las 8:10 en su puerta ya que me pillaba a tres casas de la mía. Nos despedimos y me fui a casa, la verdad es que me lo había pasado muy bien hoy aunque hubiéramos ido corriendo al instituto.

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Esa noche me puse a leer un rato en mi rincón de “relax”, la verdad es que me encantaba leer y también escribía a veces, eran formas de librarse de la realidad. Cuando me termine de leer el libro que me estaba leyendo “Bajo la misma estrella”, ya me lo había leído antes pero me gustó tanto que mientras encontraba otro libro que poder leerme me lo leí otra vez, yo quería un Augustus en mi vida, me puse música y me tumbé en el colchón de debajo de mi ventana favorita de mi habitación, me quede dormida entre pensamientos y recuerdos, no recuerdo que hora era cuando me desperté y vi que era tarde y me dirigí a dormir a la cama.